Isabelle Dinoire: la primera en el mundo con nueva cara
En mayo del 2005, Isabelle Dinoire, una francesa divorciada y madre de dos hijas, tomó unos medicamentos y se desmayó en su cuarto.
Mientras se encontraba inconsciente, su perra Tania, una labrador negra, intentó reanimarla; la mordió y la arrastró, sujetándola del rostro.
En el intento, el animal le destrozó el rostro a Dinoire.
“Al despertarme, intenté encender un cigarrillo. No podía y no entendía por qué... En ese momento, solo podía abrir la boca tres milímetros”, contó la mujer.
El 27 de noviembre del año pasado, los médicos Bernard Devauchelle y Jean-Michel Dubernard, le trasplantaron parte del rostro de una mujer que se suicidó, y la francesa recuperó la capacidad para abrir la boca. Los cirujanos utilizaron tejido, músculos y arterias de la mujer muerta para reconstruirle la cara.
Los padres de la donante insistieron en que el rostro de su hija fuera reconstruido y los médicos le pusieron una máscara de silicona.
El trasplante que le practicaron a Isabelle fue hecho por un equipo médico de tres hospitales distintos: El de Amiens y el de Lyon, Francia, y el Universitario de Bruselas.
En febrero de este año, la mujer se presentó ante la prensa y, por primera vez, mostró su nuevo rostro, leyó parte de un texto y le agradeció públicamente a la familia de la mujer que le donó su cara por darle otra oportunidad.
Tras esta operación, cirujanos británicos recibieron, el 25 de octubre pasado, autorización para practicar el primer trasplante total de cara del mundo, un procedimiento que ha provocado preocupaciones sobre los riesgos físicos y psicológicos. El equipo de trasplante de cara del Royal Free Hospital de Londres recibió permiso para intervenir en cuatro casos.
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