Fabio “patín” Navarro Murillo, 65 años

Foto: Herbert Arley

“Conduzco motocicletas desde hace 48 años. La primera moto que tuve me costó 500 colones. Ahora conservo mi motocicleta Yamaha de 125 cc que tiene 42 años de acompañarme”,comenta Fabio, quien es llamado cariñosamente por sus conocidos como “patín”. Tiene 65 años de edad y fue campeón nacional de motociclismo de velocidad en 1969. También en ese mismo año obtuvo el segundo lugar en los certámenes centroamericanos de motociclismo celebrados en Panamá.

“En moto he recorrido el país entero, además corrí en Centroamérica durante 9 años”.

Fabio tiene 47 años de trabajar en la reparación de motos y actualmente, se desempeña como mecánico general para Motos Custom, donde contribuye al ensamblado de motocicletas nuevas.

“Mi moto me lleva a todas partes, me trae al trabajo y a la casa. Me llevó a las competencias y a divertirme”.

Hace 11 años, compró otra motocicleta Honda Shadow 1.100 cc y se unió al Moto Club M14.

“Este Club llenó una parte de mi vida, he conocido personas maravillosas y ganado amistades valiosísimas. Cuando conocí el Club me preguntaba dónde había estado todo esto”.

Para el popular “patín” las motocicletas le han sumado grandes experiencias a su vida, lo libran de tensiones y además le dan mucho ánimo y salud.

Rodrigo Ruiz Soto, 57 años

Foto: Manuel Vega

“Tengo más de 57 años de manejar y en estos días me paró un tráfico por primera vez”.

Rodrigo tiene 77 años de edad y 57 de ellos conduciendo motocicletas. En este tiempo ha tenido motos de todo tipo y tamaño. Su afición por estos vehículos tuvo su origen en el ciclismo, que fue el deporte de su juventud.

“Yo fui ciclista, corrí en bicicleta durante 12 años y aunque tuve que retirarme nunca dejó de gustarme la sensación del viento en la cara. Aunque me encantaban las bicicletas, no podía ir a trabajar en bici ya que tenía que presentarme bien vestido y fresco, por eso compré mi motocicleta Quickly”.

Su amor por los motores fue creciendo y llegó a tener motos de hasta 1.100 cc.

“Me fui haciendo de motos más grandes y más sofisticadas, yo estaba joven, las podía manejar y levantarlas, si se me llegaban a caer”.

Recientemente, compró su scooter Lifan de 150 cc, el cual disfruta a diario.

“Salgo a hacer mandados desde las 6 a.m., la motocicleta es un medio rápido y económico. En estas épocas de verano no hay nada mejor que sentir el viento y el sol cuando uno anda en moto”.

“Durante muchos años compartí las motocicletas con mi señora, ella me acompañó y anduvo siempre conmigo en la moto. Ahora me encanta ver que las mujeres también manejan”.

Manuel “pituco” Soto González, 69 años

Foto: Herbert Arley

El popular “pituco”, como lo conocen sus amigos, declara que toda su vida ha sido un amante de las motocicletas.

“Mi primera moto fue una bicimoto NSU Quickly de 50 cc, era una bici con pedales y un motor pequeño. Después me compré una moto más grande y de ahí en adelante las he tenido de toda cilindrada”.

Con una motocicleta Honda 125, “pituco” corrió en el antiguo hipódromo de La Sabana y además en los juegos latinoamericanos organizados en Panamá.

“En 1956 empecé a correr motos. Corríamos desde la agencia Datsun hasta la fábrica Pozuelo y luego otra vez hasta La Sabana. Yo gané esa carrera en 1960”.

En 1961 salió del país durante 5 años, en ese período compró su moto BSA 550 y nos cuenta que a su regreso se encontró con el Moto Club “Los Coyotes”.

“Cuando regresé a Costa Rica una de las primeras cosas que vi fue una “mancha de motos” y me emocionó mucho. Eran los coyotes. Los vi pasar un domingo y el lunes ya estaba comprándome una Kawasaki de 750 cc”. Actualmente, a sus 69 años de edad, “pituco” disfruta de sus motocicletas: una Susuki V-Strom 1.000 cc y una Honda Gold Wing de 1.800 cc. En estos momentos, pertenece a la Asociación Costarricense de Motociclismo Recreativo y al Moto Club “Los Coyotes”.

“El año pasado tuve la oportunidad de viajar a Suramérica, recorrí 9 mil kilómetros en mes y medio. Visité Chile y Argentina, entre otros países. Una de las mejores partes del viaje fue la experiencia de subir y bajar Los Andes”.

Janet Quirós Ruiz, 59 años

Foto: Herbert Arley

A sus 59 años de edad, esta enfermera de profesión nos cuenta que desde niña le gustan las motocicletas y en la actualidad, hace todas sus diligencias en su scooter Honda de 100 cc.

“Tengo moto desde hace 9 años y cada vez me gustan más. La uso porque es económica y además terapéutica. Ahora estoy buscando una moto más grande”.

Janet trabaja en enfermería turística y tiene 23 años como masajista profesional, todos los días se monta en su moto y viaja hasta su consultorio en Zapote.

“Uso la moto para todo, hago mandados, voy al supermercado, llevo y traigo a mis nietos. En moto nada me da pereza, encontrar parqueo es fácil y además gasto solamente 2 mil colones de combustible por semana”.

Al mismo tiempo, pertenece al Moto Club MegaScooter, con el cual se reúne periódicamente y disfruta de los paseos en grupo.

“Me encantan los paseos largos, salir con la moto desde las 7 a.m. y manejar a lugares como Puerto Viejo o Jacó. Disfruto del sol, del viento, pasar puentes y caminos malos”.

Quirós asegura que ha encontrado enriquecedora la experiencia de pertenecer a un club de motociclistas.

“Una conoce gente y comparte con ellos, conversamos acerca de las motos y así he aprendido mucho.

Los paseos son terapéuticos y me dan una gran sensación de libertad. La brisa en la cara te quita hasta el dolor de cabeza”.

¡Experiencias!

Janet también nos cuenta que para ella todo se le hace más cerca, en moto. Al mismo tiempo, esta le permite llevar todo lo necesario para hacer más cómodo el viaje. “Tengo casco para verano, para invierno, guantes para el frío y para viajes largos”.

“Disfruto de recorrer la carretera, las montañas y los árboles. Además, el grupo que se forma en los clubes es maravilloso, con ellos he conocido el país en medio de bromas y camaradería”, afirma Soto.

Para Ruiz, “la moto no debe mezclarse con el licor o con la imprudencia”.