En la tierra del “Tío Sam”
Forrest Gump y la Selección Nacional Antonio Alfaro Enviado Al Día
Su frase favorita era aquella que su madre le decía: “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que vas encontrar”.
Forrest Gump la repetía a menudo y el otro día me la encontré, en la pared del Bubba Gump, el restaurante que les conté haber visitado, el mismísimo que Forrest y su amigo Bubba soñaban abrir cuando regresaran de Vietnam. Encontramos varias de aquellas frases, como “una promesa es una promesa” o “un estúpido solo es aquel que hace cosas estúpidas”. Forrest no lo era del todo, por más limitado que fuera su coeficiente intelectual. Abstraído de muchas cosas, lograba tomar la vida con simpleza.
El fútbol a veces es como la caja de chocolates, no sabemos qué nos tocará.
|
Quizás sí sea la vida como una caja surtida de bombones. El fútbol también.
A veces no se sabe, como esta tarde, lo que vamos encontrar. La “Sele” necesita esa indiferencia de Forrest ante los 70 mil aficionados en contra, también esa capacidad para saber cuándo parar después del “Run, Forrest, Run”. La “Sele” necesita no creer en un destino predeterminado, por más que México tenga supremacía (39 victorias, 13 empates, 5 triunfos ticos).
“No sé si cada uno tiene un destino, o estamos como flotando empujados por una brisa, pero creo, que tal vez es ambos, tal vez al mismo tiempo”, se decía Forrest.
La “Sele” puede empujar su destino. No se trata de milagros, aunque existen, como decía la última frase que leí a salir del restaurante: “los milagros suceden todos los días, alguna gente no lo sabe, pero suceden”.
Más allá del juego, me gustaría que usted estimado lector descubra el milagro de su día.
|