Conozca qué dijeron las juezas para condenarlo a 35 años
Crueldad y desesperación llevaron a Burgos a la cárcel
Según el tribunal, mató a su esposa Maureen Hidalgo por ser un agresor / No planear el homicidio lo obligó a confesar el crimen y pedir ayuda a dos personas Alejandro Arley Vargas aarley@aldia.co.cr
Según el Tribunal, la forma “cruel y angustiante” como asfixió a su esposa, Maureen Hidalgo, el 11 de julio del 2006, ameritaba una condena de 35 años de cárcel para Luis Fernando Burgos.
De pie y apoyado en la mesa, escuchó su sentencia, y con leves movimientos de cabeza lanzó un “no”. Mientras tanto, la sala en los Tribunales de San José se llenaba de murmullos y flashes el pasado martes 25 de setiembre.
“ ¿Mataste a tu mujer? ¿Le pegaste un tiro? No, la estrangulé” (fragmento de la declaración). Guillermo Hütt, testigo.
“Dijo que quemaría la alfombra donde estaba Maureen porque podía delatarlo”. Anthony Calderón, testigo.
Él (Burgos) había matado con sus manos, no había necesitado nada más que eso”. Zulay Rojas, condenada.
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Las juezas alegaron que el no planear el homicidio llevó a Burgos a buscar ayuda de forma desesperada para deshacerse del cuerpo de su esposa y por eso confesó el crimen a dos amigos.
Con base en testimonios, el dictamen de la autopsia de Maureen y las pruebas policiales, el tribunal indicó que pudo recrear la relación de violencia doméstica que Burgos tenía con su esposa
La condena de Burgos no está en firme y su abogado, Jorge Rojas, dijo que apenas tengan el texto completo de la sentencia empezarán a elaborar el recurso de casación.
La golpeaba y la insultaba
Luego de leer el por tanto de la sentencia, la jueza Ana Patricia Araya brindó una explicación de los motivos por los que hallaron culpable a Burgos.
Afirmó que la relación entre Burgos y Maureen se caracterizó por ser abusiva y violenta desde el noviazgo, etapa en la cual el condenado golpeaba, insultaba y controlaba a su esposa.
“Los episodios de violencia terminaban con ramos de flores e invitaciones a salir, que es parte también del ciclo de violencia”, manifestó la jueza.
Para el tribunal, después del matrimonio, la violencia fue en ascenso hasta culminar con la muerte de Hidalgo.
Araya expresó que no se aceptó la tesis del planeamiento del homicidio porque Burgos no tenía una forma segura de deshacerse del cuerpo y lanzó varias coartadas en vez de mantener una sola.
Tampoco pudo comprobarse el supuesto suministro de diazepam para adormecer a Maureen antes de atacarla.
La jueza María de los Ángeles Arana manifestó que el dictamen del médico forense y las declaraciones de los testigos Guillermo Hütt y Anthony Calderón, concluyeron que Burgos asfixió a su esposa el 11 de julio del 2006, antes de las 8 a.m. en su apartamento en Zapote.
Arana expresó que en los exámenes que le hicieron al cuerpo se descartó que hubiera heridas de bala o de arma blanca y refirió que la conclusión del médico forense indicaba la asfixia como la posibilidad más certera.
Confesó
La jueza Linda Casas se refirió a lo que hizo Burgos después de asesinar a Maureen.
El tribunal dio por hecho probado que el 12 de julio del 2006 Burgos pidió ayuda a Anthony Calderón, de nacionalidad estadounidense, para que le ayudara a sacar de la casa el cadáver de su esposa, y en la madrugada del día siguiente se reunió con Guillermo Hütt, le confesó ser el autor del crimen y pidió ayuda.
Casas calificó los testimonios de Calderón y Hütt como verosímiles y coherentes. Insistió en que no les restó credibilidad que Burgos, en su declaración, tratara de relacionarlos con actividades ilícitas.
Casas explicó que Burgos se deshizo del cuerpo el 13 de julio, día en que puso una denuncia por la supuesta desaparición de Maureen. “Siendo el autor del homicidio trata de desvincularse de esos hechos, con la simulación de un secuestro inexistente”, concluyó la jueza.
¿Por qué penas máximas?
Jueza Linda Casas
Condena de Burgos
La muerte fue por compresión extrínseca del cuello que es especialmente cruel y angustiante para la víctima que debe verse reflejada en la pena.
El homicidio lesionó a la familia y el círculo social de Maureen Hidalgo y les dejó profundas consecuencias emocionales.
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Jueza Linda Casas
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El asesinato ocurre en la casa, sitio donde, se supone, las personas están resguardadas de las amenazas contra su integridad física. La muerte sorprende a Maureen el 11 de julio del 2006 en su casa, desprevenida e indefensa.
También es reprochable la conducta posterior al delito. Relaciona la desaparición de su esposa con un secuestro inexistente. Dispone del cuerpo dejándolo abandonado, expuesto a los animales de rapiña.
El crimen representa la culminación de un ciclo de violencia doméstica.
Burgos es un profesional en Derecho y le es más exigible el cumplimiento de las leyes.
Del 12 al 16 de julio Burgos torturó a la familia de Maureen haciéndole creer que ella estaba con vida, pero secuestrada. Los llamó con una “obsesiva frecuencia” por teléfono durante esos días.
Fue a denunciar la supuesta desaparición de Maureen en compañía de su suegra, Vera Mora, para colocarse en el papel de víctima.
Relaciona a su esposa con actividades ilícitas (como tratar de deshuesar vehículos en un sitio controlado por robacarros) para desvincularse del homicidio.
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Condena de Zulay
Su conducta produjo un grave daño al Poder Judicial. Actuó contra la función estatal que le fue encomendada como fiscal auxiliar.
El delito que le confiesa Burgos es un homicidio calificado, el más grave que pueda comunicarse. Conoce el hecho en un momento muy próximo a la comisión, circunstancia que servía para investigar, pero abandona su obligación de cumplir con la persecución penal.
Dijo dramáticamente en su manifestación final ante las juezas, que por sus venas corría sangre de fiscal, pero dejó de lado su deber.
Se sirve de instituciones del Estado como el INAMU (Instituto Nacional de las Mujeres) y médicos para fabricar pruebas que la desvinculen de su responsabilidad.
Mantuvo comunicación telefónica con Burgos después de que ocurrió el homicidio y al día siguiente.
El tribunal tuvo la convicción de que la pena de dos años de prisión, por el delito de favorecimiento personal, no es suficiente para cobijar la reprochabilidad de la conducta de Zulay Rojas Sánchez.
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Testigos clave en el juicio de Burgos
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Anthony Calderón declaró en el juicio el 26 de julio. Archivo
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Anthony Calderón y Guillermo Hütt Suñol ayudaron con sus testimonios a esclarecer el homicidio de Maureen Hidalgo.
Ambos declararon ante el tribunal que Luis Fernando Burgos les confesó haber matado a su esposa y les pidió ayuda para tirar el cuerpo. Calderón, de nacionalidad estadounidense, explicó que al mediodía del miércoles 12 de julio del 2006, efectuaba un trámite en la oficina del abogado Rodrigo Rosales, en Guadalupe, cuando Burgos ingresó “a galope”.
Según Calderón, luego de confesar el crimen, dio detalles sobre lo que hizo con el cuerpo y suplicó por ayuda.
“Me indica que el cuerpo tenía algodones, la cabeza envuelta en bolsas plásticas, que no iba a derramar ningún liquido”, dijo Calderón en el juicio. “Me decía que tiráramos el cuerpo donde a mí me pareciera, que podía ayudarme a bajarlo o que él vigilaba. Que le diera las directrices y él acataba las órdenes”, recalcó el testigo.
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Guillermo Hütt dio su testimonio el 31 de julio. Archivo
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Confesión de madrugada
“La maté hace dos días”, habría dicho Luis Fernando Burgos al empresario Guillermo Hütt, la madrugada del 13 de julio del año pasado.
Hütt declaró en el juicio el 31 de julio pasado. Allí reveló que Burgos lo citó en las inmediaciones del hotel Irazú, después de decirle que “estaba metido en una bronca”. Antes de salir a la reunión con Burgos, Hütt llamó a la jueza Elizabeth Tossi, quien es su amiga, para contarle la situación. Ella le aconsejó tener cuidado. Cuando Burgos se marchó, Hütt llamó a Tossi y le habló sobre la confesión del homicidio.
Según la declaración de la jueza, ella alerta al fiscal general, Francisco Dall’Anese, la noche del jueves 13 de julio. Esa misma noche Burgos se presentó a poner la denuncia de la desaparición de su esposa, en compañía de su suegra. En la madrugada del viernes 14 fue indagado como sospechoso.
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Para juezas lo que hizo Zulay es reprochable
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Zulay escuchó con atención la sentencia en su contra. Alexánder Otárola
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“Quiere el tribunal ser enfático en lo reprochable que nos resulta la conducta omisiva que a usted se le ha demostrado”, expresó la jueza Ana Patricia Araya, de la forma como Zulay Rojas ocultó su conocimiento del homicidio de Maureen Hidalgo, del cual se enteró por boca del propio Luis Fernando Burgos, la noche del 11 de julio del 2006. A Rojas, fiscal suspendida del Poder Judicial, la condenaron a dos años de prisión por el delito de favorecimiento personal (encubrimiento).
No obstante, estará en libertad en un período de prueba de cinco años, pues a ella se le concedió el beneficio de ejecución condicional de la pena.
Según Araya, el tribunal comprobó que entre Burgos y Zulay había una amistad cargada de afecto y se demostró que ella optó por proteger esa relación y, por tanto, desatendió su deber de denunciarlo. “Declara únicamente cuando es Anthony el que hace referencia a ella, esa conducta es sumamente reprochable, abandona su deber de persecución penal”, dijo Araya el martes.
Araya señaló que Zulay “falseó” varias pruebas para evidenciar un supuesto miedo que le tenía a Burgos.
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El tiempo pasa 50 años (2007) // Recreación digital de Al Día de la posible evolución de Burgos al cumplir sus etapas en prisión.
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61 años (2018) Si la condena hubiera quedado en firme el pasado jueves 27, a los 61 años Burgos cumpliría un tercio de la pena .
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66 años (2023) Burgos podría solicitar la libertad condicional el 26 de marzo del 2023; para esa fecha habrá cumplido la mitad de la pena.
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77 años (2034) Si ha descontado la segunda mitad de la pena, por realizar estudios o trabajar, así podría verse al finalizar la condena.
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