Óscar Arias lo apoya en su lucha contra las FARC

Bajo el sol de San Mateo Uribe recordó tragedia en su país

Presidente de Colombia inauguró parque temático en ese cantón

Orotina.- Su llegada fue espectacular. Poco después de las 10 de la mañana cuatro helicópteros se posaron en una loma y de ellos salieron dos presidentes amigos, el de Colombia, Álvaro Uribe, y su anfitrión, Óscar Arias Sánchez.

Estuvieron ayer en San Mateo de Orotina para inaugurar el Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria (Panaca), una atracción turística de capital colombiano.

Custodiados por un séquito de guardaespaldas, funcionarios de ambos gobiernos y periodistas, Uribe y Arias recorrieron el parque en una volanta, tirada por dos imponentes caballos percherones, hasta llegar a un ruedo donde esperaban más de 1.000 personas, entre ticos y colombianos.

Aunque se veía contento, en su rostro Uribe no pudo esconder la intranquilidad que seguramente le produce la tragedia que viven los secuestrados en su país, a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Y así lo hizo saber él, en un contundente discurso que puso a muchos al borde las lágrimas.

“Lo único que me preocupa es que estas son horas en las cuales disfruto mucho, pero horas que le quito a mi deber fundamental, que es estar en los campos de Colombia, con los soldados y policías derrotando al terrorismo”.

Uribe no respondió a la prensa, que quería saber su criterio sobre la petición de Hugo Chávez de eliminar a las FARC de las listas de organizaciones terroristas.

Pero, en su discurso, Uribe sí dejó muy clara su opinión.

“¿Ustedes saben que le dejó la guerrilla a Colombia?”, preguntó Uribe a los presentes.

“Le dejó 30.000 terroristas guerrilleros, 2 millones de colombianos desplazados internamente y 4 millones de colombianos que tuvieron que buscar refugio en el extranjero; algunos, bienaventurados, rodeados de suerte, que encontraron refugio en los brazos amistosos de esta gran nación costarricense”.

Óscar Arias le mostró su apoyo: “Cada día Colombia nos recuerda (...) que no podemos permitir que el odio conquiste una sola esquina de nuestra heredad; que no podemos ceder un centímetro de democracia, por un kilómetro de seguridad”.

Al filo de las 2 de la tarde, ambos presidentes se despidieron.

Durante las horas que Arias y Uribe compartieron, desde el lunes, cuando viajaron al traspaso de poderes en Guatemala, no hubo acuerdos oficiales ni conversaciones formales, solo el diálogo de dos hombres que conocen muy bien el tema de la violencia y los conflictos armados.

Uno luchó y ganó; el otro, joven y enérgico, lo está intentando.