Leonel Jiménez
Periodista

La autorización de instalar la cancha sintética, por parte de Liga Deportiva Alajuelense, pasó el filtro de la asamblea.

A pesar de que un grupo se oponía a la construcción, los asociados rojinegros, por amplia mayoría, vieron positivamente realizar el cambio de gramilla natural a una de césped artificial, como existe en muchos sitios del mundo, y donde aquí ya otros recurrieron a lo mismo.

Unos pocos se mostraban reacios, solo porque Saprissa, su eterno rival, fue el primero en ponerla.

Otros por un sentimentalismo perfectamente entendible, ya que han visto la cancha del Morera Soto como un patrimonio lleno de recuerdos inolvidables, y ven el césped natural como lo más apropiado para la estética y la buena práctica del fútbol para sus equipos.

Sin embargo, la presentación formulada ante los asociados fue contundente en la parte de factibilidad y proyección de ingresos.

La opción se dará de inmediato a una de las dos empresas oferentes, aunque la construcción de la misma, es posible que se inicie en el verano entrante, por razones propias del desarrollo del campeonato de invierno.

Esta obra tiene un costo cercano a los 450 millones de colones, y será financiada en su totalidad por la empresa constructora, quienes a cambio tendrán derecho a organizar tres grandes eventos por año, y el uso de la cancha durante dos horas diarias, por cinco años.

La empresa también correrá con el mantenimiento y pago de la certificación de FIFA por unos ¢15.6 millones. Al margen de los aspectos económicos, el trabajo de laboratorio de divisiones menores, que incrementará la Liga, le permitirá usar la cancha las horas requeridas.