París / AP. Por segundo año consecutivo, el Tour de Francia no tiene campeón defensor ni ninguna estrella de renombre. Ahora más que nunca, la principal competencia del ciclismo mundial necesita desesperadamente una carrera sin los escándalos de dopaje, que empañaron su imagen en años recientes.

Todavía está por verse si el Tour puede ponerse de pie, más aún sin un claro favorito para ganar la carrera. El último campeón Alberto Contador, el experto en montañas Michael Rasmussen, e Ivan Basso, no participarán.

Ullrich y Basso se vieron manchados por investigaciones de dopaje, y Floyd Landis perdió la corona de 2006 por un resultado positivo a testosterona. Rasmussen fue expulsado, mientras era líder de la carrera del año pasado cuando se supo que mintió sobre su paradero, cuando se ausentó de una prueba pevia de dopaje.

El error de Contador fue unirse al equipo Astana, al que los organizadores del Tour le prohibieron participar por problemas de dopaje en 2006 y 2007.

Los organizadores esperan que las medidas que han tomado, para limpiar al deporte del dopaje ayudarán a evitar un escándalo en la carrera (del 5 al 27 de julio).

“El ciclismo será juzgado durante tres semanas en julio”, dijo a la AP el director de la carrera, Christian Prudhomme.