Neyssa Calvo Achoy
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Al igual que las personas, su gato puede estar sufriendo una crisis de estrés. Pero no se asuste, porque con un chineo y cariño se repondrá fácilmente.
Eso si, primero tiene que descartar que su actitud no sea causada por una enfermedad. Por ejemplo, el veterinario Pedro Villalobos, señala que el gato al lamerse puede tragarse bolas de pelo. Si no son eliminadas del tubo digestivo se les quita el apetito. Esto podría confundirse con un síntoma propio del estrés.
La mudanza, la llegada de otra mascota o incluso el nacimiento de un bebé, podrían ser motivos suficientes para que el gatito se muestre incómodo.
Según Villalobos, eso es algo frecuente entre los felinos, en especial porque son los chineados de la casa y si algo en su rutina se modifica se resienten.
La angustia en los gatos se puede manifestar de distintas maneras. Por ejemplo, un eccema por fricción en la piel, provocado en parte por el lamido compulsivo o el mordisqueo.
Asimismo, el dueño del animalito puede notar la caída abundante del pelo, estreñimiento y especialmente modificaciones en su comportamiento. Es decir, estar muy inquieto o de repente cambiar de cariñoso a uraño.
A veces, cuenta la veterinaria Gina Bonilla, el gato estresado puede esconderse debajo de mesas, camas, armarios y hasta dejar rotundamente de comer.
¿Qué podemos hacer?. Darle mucho cariño, frotarlo, alimentarlo y dejar que salga si lo necesita. El secreto está en devolver al animal el ambiente al que está acostumbrado.
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