Mauricio Astorga
Actor

México D.F. Cómo cuesta creer en nuestros sueños. Muchas veces, las barreras para alcanzarlos no nos las ponen los demás, sino nosotros mismos.

Hoy quiero compartir una hermosísima historia que forma parte de la obra que estoy ensayando actualmente en México y que, si Dios quiere, estrenaré en el próximo mes de octubre en la prestigiosa Casa del Teatro.

La historia es del escritor Enrique Symns y me parece sumamente inspiradora.

Cerca de Chiapas, en una población de indios Winik, habitaba un animal muy especial. Se trataba de un ganso, al que los niños bautizaron con el nombre de Pancho. Pancho era el líder de la gansada, pero lo curioso es que no sabía que era un ganso. Enfrentaba a los hombres como si fuera un hombre y hablaba con ellos en su incomprensible idioma.

Cierta vez, entró un jaguar que atravesó el alambrado, empujado por el hambre y con la intención de comerse dos o tres gansos. Pancho salió a enfrentarlo con toda la actitud de jaguar.

El jaguar, durante algunos segundos casi se convenció de que Pancho era un animal peligroso, hasta que lo mató.

Toda ilusión condena a la gloria de un instante. Pero nadie podrá superar esos diez segundos en los que Pancho convenció al jaguar de lo imposible.

A veces, hay que olvidarse de las leyes que nos dicta la “lógica” y atrevernos a pensar en que lo imposible, pueda dejar de serlo.