Madrid y Roma / EFE y AFP. Los “viejos” goleadores nunca mueren. Los años habrán mermado su fuerza física, pero siguen merodeando por el área, listos para cazar el balón al menor descuido de las defensas rivales.

Treinteañeros como Filippo Inzaghi (35) en Italia, Raúl González (31) en España, Jared Borgetti (34) en México, “Viola” (40) en Brasil, o Martín Palermo (35) en Argentina, siguen saltando a las canchas de juego con la encomiable voluntad de hacer la vida imposible a los porteros.

Tienen la misma voluntad de hierro que llevó al brasileño Romario a no quitarse las botas hasta los 42 años, un ejemplo que quiere imitar Paulo Sergio Rosa “Viola”, ex jugador del Valencia español y campeón mundial con Brasil en 1994, que a sus 40 años firmó en enero pasado con el Resende.

“Pipo” Inzaghi perdió la titularidad en el Milán esta temporada, pero jamás desaprovecha la mínima oportunidad para marcar. El delantero hizo el gol número 300 de su carrera el domingo anterior, pero no piensa quedarse ahí de ninguna manera y, a pesar de tener 35 años, ahora sube el listón hasta los 320 goles, con los que superaría al “Balón de Oro” Roberto Baggio (318).

Por su parte, el máximo realizador en activo del fútbol argentino, Palermo, acaba de regresar al terreno de juego después de casi siete meses de lesión.

Autor de 195 tantos con Boca, el delantero espera engordar su registro anotador porque, como dijo el entrenador Carlos Bianchi el día de la lesión, “es Palermo el que decide cuándo deja de golear”.

A sus 34 años, el mexicano Jared Borgetti, el máximo anotador de la selección azteca con 46 tantos, también quiere seguir luchando por el gol. Se incorporó el pasado 15 de enero al Chivas para el torneo Clausura 2009. Lleva 243 dianas en su carrera y no limita sus ambiciones: “hay que buscar el campeonato en casa y en la Libertadores”.

Son jugadores que alargan su vida profesional con el único objetivo de marcar goles. Los aficionados no dejan de agradecérselo, porque disfrutaron con ellos.