Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

¿Qué relación hay entre Costa Rica y Vilas?

Estuve en Costa Rica dos veces, con 15 y 16 años (en la Copa del Café). La pasé muy bien. Después, con los años conocí a alguien que me dijo había nacido en Costa Rica, Niko Kaló (un greco-costarricense que ganó los cetros juveniles de Roland Garros y Wimbledon, en 1963).

¿Qué no olvida?

Recuerdo que ustedes eran muy orgullosos de no tener ejército.

¿Qué conserva de Costa Rica?

Tengo entre mis trofeos el que gané en la Copa del Café, un carrito azul, pintado a mano, con una bolsa de cafe.

¿Volvió al país?

Vine un par de veces de vacaciones. Fui al Volcán Arenal, pero las dos veces estaba nublado.

Ahora se dedica a enseñar tenis. ¿Qué enseñaría a Federer o Nadal?

No creo enseñarles. A los grandes se les pueden dar opciones. Fijate que Roddick cambió de entrenador y enseguida varió su juego.

¿A cuál disfruta más viendo?

A todos. Lo que me interesa es ver en qué están cambiando. Federer no incorpora cosas nuevas, trata de perfeccionar. Nadal sí lo hace.

Hablemos de Vilas. ¿Siempre viste de negro?

Siempre. Ando muy apurado y prefiero hacerlo así. Además siempre me salpico con la comida; con el negro no se nota, me limpio con agua y no se echa de ver.

¿Tampoco se quita la gorra?

Es que me da frío. Yo padecía de sinusitis y una vez un francés me dijo póngase gorra. Lo hice y me resultó.

En sus años de jugador, como ahora, lo vemos de melena larga. ¿Se la cortaría por alguna razón?

Llegué a usarlo más largo. De joven mi madre no me dejaba usar el pelo largo. Ahora lo tengo así, porque mi mujer me lo cortó.

¿Podría vivir sin viajar?

Sí...me costaría mucho. Cuando llegué a Costa Rica ya andaba feliz por el aeropuerto, silbando. Me gusta mucho viajar.

El otro día lo vimos devorar un chocolate tras otro...

Tenía un hambre atroz. Venía llegando. Me tomé un café, pero solo me activó la cabeza. El chocolate me activó todo.

¿Qué espera lograr en nuestro país?

Llegar al corazón de la gente.