Mauricio Astorga, actor

San José. Había una vez un viejo carpintero que, cansado de tanto trabajar, decidió acogerse al retiro y dedicarle tiempo a su familia.

A su jefe, el contratista, le entristeció mucho la noticia de que su mejor carpintero se retiraría y le pidió por favor le construyera una casa más antes de retirarse.

El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de su última casa pero, a medida que pasa el tiempo, se dio cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo.

Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la construyó con materiales de calidad inferior.

Cuando terminó su trabajo, el contratista vino a inspeccionar la casa. Al terminar la inspección le dio la llave de la casa al carpintero y le dijo: “Esta es tu casa, mi regalo para ti y tu familia por tanto años de buen servicio”.

El carpintero sintió que el mundo se le caía al recibir la llave de la casa, su casa. Si tan solo el hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiera hecho todo de una manera diferente.

Así también pasa con nosotros. Construimos relaciones en nuestra vida y en ocasiones ponemos el menor esfuerzo posible para hacer que progrese.

Si lo pudiéramos hacer de nuevo, lo haríamos diferente.

Usted es el carpintero. “La vida es un proyecto que hace usted mismo”.