Patricia Recio G.
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Las playas abiertas en las que se producen fuertes oleajes son las más peligrosas para los bañistas, explicó Omar Lizano, oceanógrafo del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR).
Lizano comentó que en este tipo de playas es más frecuente que se generen corrientes de resaca provocadas por el fuerte oleaje y que pueden arrastrar al bañista mar adentro.
Estas corrientes se pueden identificar ya sea porque forman un canal de agua revuelta, una línea de espuma o algas o una coloración café que se distingue del resto del agua.
Según Lizano, las olas que producen las resacas son originadas en tormentas en el hemisferio norte y se caracterizan por ser largas, de rompimiento fuerte y con una duración de más de 18 segundos entre una y otra.
El otro tipo de olas (las menos peligrosas) son las que se originan por el viento al frente de la playa y con un rompimiento más irregular.
En nuestro país algunas playas son calificadas como más peligrosas que otras según la ubicación y el tipo de condiciones que presenten; Jacó y Hermosa son consideradas como las más peligrosas.
Sin embargo, otras como Esterillos, Dominical, Bejuco y Palo Seco, El Coco, Sámara, Avellanas y Garza en el Pacífico también son de cuidado.
No sucede igual con las que están al interior de golfos y bahías como las del Golfo Dulce, el de Nicoya y Puerto Jiménez, donde se originan menos corrientes.
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