Ciudad del Cabo/Sudáfrica/AP. Alemania recuperó su puesto en la realeza del fútbol, incluso aunque el joven equipo de Joachim Loew no gane al final el Mundial.

El plantel llegó a ese nivel con un juego refinado casi nunca visto en selecciones alemanas anteriores, que dependían más de su garra y disciplina.

Sin dejar de lado las cualidades que siempre hicieron de Alemania un oponente temible, este equipo compuesto por jugadores de varios perfiles étnicos ha aportado algo nuevo al estilo germano: resumido en creatividad y lujo.

Y con 13 goles, Alemania encabeza el torneo de cara al partido del miércoles contra España.

“Nuestra meta eran las semifinales y las hemos alcanzado. Todo lo demás es una bonificación”, comentó Miroslav Klose.

Con apenas tres goles la temporada pasada en la Bundesliga, en la que se comió la banca con el Bayern Munich, Klose ha sido una de las estrellas del Mundial con cuatro dianas.

Klose se ha beneficiado del estupendo desempeño de Mesut Ozil, Thomas Muller y Lukas Podolski, otro jugador que venía de una mala campaña en la Bundesliga. Muller, de 20 años, apenas jugó su primera temporada completa con el Bayern.

Quizás la más extraordinaria transformación ha sido del volante Bastian Schweinsteiger, quien ha demostrado una madurez y visión para revitalizar una carrera que hace poco parecía estancada.

Loew, por su parte, respaldó a algunos jugadores a los que no les fue tan bien con sus clubes, y todos le respondieron con desempeños notables en el Mundial.

Podolski y Klose fueron en medida responsables por la única mancha de Alemania, una derrota 1-0 ante Serbia. Podolski falló un penal y Klose fue expulsado, pero Loew no los criticó. Desde ese revés, Alemania venció 1-0 a Ghana, apabulló 4-1 a Inglaterra y aplastó 4-0 a Argentina.

Antes del torneo, el capitán Philipp Lahm dijo que esta es la mejor selección alemana en la que haya jugado, a pesar de ser la segunda más joven en la historia del país, con una edad promedio de menos de 25 años y al parecer... No estaba equivocado.