Evelyn Fernández, colaboradora
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Las ventas de alcoholímetros se duplicaron desde que entró a regir la nueva Ley de Tránsito.

“Me parece que fue como un ‘boom’. Siento que este año la gente se anda cuidando más”, aseguró Mauricio Mora, de MM, Compañía Distribuidora Intercontinental S.A. que ofrece el Dryve, uno de los alcoholímetros que se encuentran disponibles en el mercado para quienes prefieren controlar el nivel de licor en la sangre y evitar la multa de ¢293.400 por preebriedad o la pena con cárcel si se sobrepasan los 0,75 gramos de alcohol en sangre.

A este se une los Vending depot, dispositivo que ofrece a los bares el programa de implementación de alcoholímetros de la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore) y la distribuidora Vending.

“Con la Ley de Tránsito se ha incrementado la demanda de estos y ahora hay alrededor de 100 bares y restaurantes que los tienen disponibles a sus clientes por ¢300”, aseguró el gerente Jorge Vindas.

Aunque los aparatos son más solicitados por la gente, el director de Tránsito Germán Marín recordó que lo único realmente recomendable es “no tomar si se maneja y no manejar si se toma”.