Desde el jueves Janette Azofeifa pone su reloj despertador para abrir sus ojos cada hora durante la noche y madrugada y poder asegurarse de que ella y sus tres hijas estén a salvo.

A unos 75 metros de su casa solo hay lodo y agua producto del paso de la mortal avalancha.

“Aquí hay un dolor muy grande... La mayoría de los fallecidos eran mis conocidos desde hace más de 40 años”, contó la vecina de El Carmen.

“Mi hermana llegó tipo 1:30 a.m. de la madrugada a tocarme la puerta y cuando salimos nos dimos cuenta de la gran avalancha que se había venido”, recordó.

Según Azofeifa, en barrio El Carmen hay mucho temor y varios inquilinos del lugar están pasándose a vivir a otras comunidades.

“Yo les digo a mis hijos que en un momento de peligro hay que correr para el lado de atrás de la casa porque hay salida para otra calle. Nosotros estamos esperando a ver qué nos dice la Comisión, si nos dice que tenemos que evacuar, evacuamos, pero esperamos en Dios que no llueva más y para que no se venga más terreno”, comentó.

Para Janette hay mucha tensión en el pueblo y al igual que ella, varios de sus familiares que viven cerca tienen listos maletines con ropa y algo de comida de reserva por si se presenta otra emergencia.

“Yo ahora paso con mucho dolor de cabeza, cansancio y preocupada de que en cualquier momento hay que salir corriendo”, resaltó.