Karla Quirós Ulloa
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Con su famoso grito de alegría “Yabba Dabba Doo”, Pedro Picapiedra arrancó durante décadas las carcajadas de pequeños y grandes.

Quién no recuerda a Pedro junto a Pablo y sus constates quejas por el trabajo.

Y a Betty con Vilma cocinando para calmar el hambre de sus maridos.

La serie “Los Picapiedra” tiene ya 50 años de llenar las pantallas de un pintoresco humor prehistórico. Fue transmitida por primera vez el 30 de setiembre de 1960 por la televisora ABC.

“Los Picapiedra” fueron el primer dibujo animado en plasmar las temáticas reales de pareja, laborales y hasta de infertilidad.

“Era una familia con que reflejaba fielmente la clase media estadounidense”, indicó Roberto Guillén, director de arte de Studio Flex.

Y es que la serie dio más de una sorpresa.“Los Picapiedras” era un programa para adultos pero que alcanzó la popularidad en los chicos.

“Es un producto creado para grandes que tuvo éxito en niños. La serie desarrolla problemas de mayores pero con personajes animados”, afirmó el crítico de televisión José Mairena.

La serie es una de las pocas que avanza con el tiempo real. El embarazo de Vilma Picapiedra se cubrió hasta que Peebles nació.

Aunque la totalidad de la serie estaba ambientada en la prehistoria, contaba con una modernidad adaptada a la era de piedra. Sus ingeniosos artefactos llamaban la atención del público. Entre ellos destacaba el tocadisco, que utilizaba una tortuga y un cuervo para funcionar. El teléfono se denominaba “cuernófono” porque usaba un cuerno como auricular.

Por otro lado, el lavaplatos y la aspiradora utilizaban la trompa de un mamut, y no podía faltar el troncomóvil, el “carro” que tenía la familia Picapiedra para transportarse por toda Piedradura.