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Esta familia trataba de salvar ayer algunas sillas y cuadros que tenían en su casa. Herbert Arley.
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Vecinos de calle Lajas que perdieron sus viviendas, rescataban ayer varias de sus pertenencias como lavadoras, ropa, ollas y muebles.
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Cruz Roja, Bomberos y OIJ, con ayuda de maquinaria pesada, buscaban ayer el cuerpo de Cristina Solís, de 27 años, única desaparecida en esa localidad.
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Un grupo de rescatistas guatemaltecos se unió a las labores de búsqueda. Ellos vienen desde Ciudad de Guatemala y se quedarán al menos ochos días más.
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El pez “Pichi” sobrevivió al paso arrollador de la avalancha. El agua inundó la casa donde vivía pero nunca derribó la mesa donde estaba ubicada la pecera.
Miguel Calderón Suárez
miguel.calderon@aldia.co.cr
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Calle Lajas, Escazú.- La vida aquí nunca será igual.
Los primeros rayos del sol, desde la madrugada del jueves, refrescan día a día la memoria de los vecinos, quienes, pese a su deseo de comenzar una nueva vida tras la tragedia, viven atemorizados por la posibilidad de una nueva avalancha del cerro Pico Blanco.
Ese alud que fue arrollador, mortal. No perdonó. A su paso devoró a 23 personas (hasta el momento), 17 viviendas y dejó damnificados a más de 200 lugareños en diversos albergues.
Pero en medio del dolor que se respira en San Antonio, su gente se niega a darse por vencida, a perderlo todo y a dejar su pueblo.
El barro, el frío y la tristeza no impidieron ayer que muchos afectados de la avalancha, regresaran a calle Lajas, al lugar donde lo perdieron casi todo para rescatar las pocas pertenencias que quedaron enterradas dentro de sus viviendas.
Lavadoras, camas, ropa, cuadros y hasta una pecera con su mascota viva, entre otras cosas, son parte de que lo salvaron decenas de baquianos.
Lo que no se ha localizado todavía es el cuerpo de Cristina Solís Acuña, de 27 años, única desaparecida por el momento en barrio Lajas, según la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias.
El operativo de la búsqueda fue intenso, lugareños, cruzrojistas, bomberos, agentes judiciales y rescatistas guatemaltecos, todos ayudados por maquinaria especial, emprendieron las labores de rescate desde las 6 a.m. pero sin éxito. Hasta ayer a las 5:30 p.m. , la ubicación exacta del cadáver de Solís era incierta pese a que un perro de la Unidad Canina (K9) dio positivo en dos puntos cercanos a la catarata, separados uno del otro por 600 metros de distancia.
Marco Segura, alcalde de Escazú, expresó ayer que los trabajos de escombreo y búsqueda del último cuerpo continuarán hoy.
Mientras, las 250 personas damnificadas se mantendrán en los albergues. Para las ayudas humanitarias, la Municipalidad está solicitando alimentos enlatados y ropa en buen estado.
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Esta familia trataba de salvar ayer algunas sillas y cuadros que tenían en su casa. Herbert Arley.
Vecinos de calle Lajas que perdieron sus viviendas, rescataban ayer varias de sus pertenencias como lavadoras, ropa, ollas y muebles.
Cruz Roja, Bomberos y OIJ, con ayuda de maquinaria pesada, buscaban ayer el cuerpo de Cristina Solís, de 27 años, única desaparecida en esa localidad.
Un grupo de rescatistas guatemaltecos se unió a las labores de búsqueda. Ellos vienen desde Ciudad de Guatemala y se quedarán al menos ochos días más.
El pez “Pichi” sobrevivió al paso arrollador de la avalancha. El agua inundó la casa donde vivía pero nunca derribó la mesa donde estaba ubicada la pecera.
