Rodolfo Martín
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Parrita y Quepos. - La llegada de los primeros voluntarios, aliados con la aparición del sol después de tres días de torrenciales aguaceros, se convirtieron en esas manos amigas que, al final del día, le aliviaron la pesada carga que sobrellevan los cientos de damnificados que dejó a su paso la embestida del huracán “Thomas”.
“Dios aprieta pero no ahorca”, expresó ayer Ronald Obando Hurtado, un vecino de Quepos que viajó hasta Parrita para prestar su colaboración.
“Uno tiene que pasar de las palabras a los hechos. Lo que esta gente necesita son manos, manos sucias para que los ayuden a sacar el barro de sus casas para salvar lo poco que pueden rescatar”, agregó en medio de un gran lodazal en el barrio el INVU, en donde ninguno de los 150 vecinos escapó al embate de la avalancha de la madrugada del jueves.
Igual actitud solidaria asumieron los integrantes de la Banda Autónoma de Quepos, un grupo de muchachos y muchachas que luchaban a brazo partido para no “desafinar” con las palas y los carretillos como lo hacen con sus instrumentos musicales.
Un grupo de miembros de la iglesia Testigos de Jehová, igualmente, se volcaron en colaboraciones para las familias Ruiz Obregón y Obregón Carrillo que también quedaron en las ruinas.
Otras personas, que asistían de manera anónima, repartían arroz con pollo y fresco de limón mientras otros café y galletas.
Un helicóptero del Ejército Panameño aterrizó ayer por la tarde en la plaza de fútbol de Los Ángeles de Parrita para distribuir los primeros diarios en comunidades aún incomunicadas.
Las cuatro sillas
Uno de los jefes de familia más afectados por la tragedia, en el barrio el INVU, fue Melesio Valle Hidalgo quien solo pudo recuperar cuatro sillas y la refrigeradora, la cual desconoce si funciona o no porque está cubierta de barro.
Él, su esposa y dos nietos, debieron dejar todo botado y huir rápido porque la avalancha se les venía encima.
Su cuñado Julio César Vásquez, quien llegó a socorrerlos en un tractor, fue el héroe que salvó a la familia.
La primera en ser evacuada fue Steny Valeska, una recién nacida, que estaba arropada en la segunda cama de un camarote, el único sitio en donde el agua no había llegado.
La Costanera sur, a la altura del centro de Parrita y en el sector de Las Vueltas, estuvo ayer con paso regulado, algo que probablemente ocurrirá también hoy.
En el primer caso porque, cuadrillas de la empresa MECO y de Acueductos y Alcantarillados trabajan en el retiro del viejo puente de hierro que colapsó y se arrecostó a la nueva estructura y en el restablecimiento del suministro de agua potable.
En el segundo caso, laboran en el restablecimiento de la carretera, la cual fue lavada por una quebrada que tradicionalmente era de un metro de ancho y pasó a ser un gran cañón, sitio en donde una persona falleció ahogada.
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