Ver a dos adolescentes con uniformes colegiales, detonando un arma de fuego en plena vía pública, sorprendió a un vecino de Alajuelita, quien caminaba el jueves en la tarde por el bulevar de La Guardia, en Tejarcillos.
El hombre alertó a la delegación del lugar. Cuando los policías llegaron al sitio, encontraron a un joven de 14 años que tenía en sus manos un arma de fabricación casera, calibre 22, junto con 125 municiones de salva.
La pistola estaba hecha con partes de metal y de madera y tenía la capacidad de detonar municiones reales.
El menor quedó en libertad, pues la portación de este tipo de artefactos no constituye un delito porque carece de todos los componentes de un arma real.
Sin embargo, los agentes de la Fuerza Pública alertaron al padre y a las autoridades del colegio Teodoro Picado con el fin de que tomen las medidas necesarias para evitar una tragedia.
El padre se mostró muy sorprendido por la conducta del muchacho. El asistente de la dirección del centro educativo, Aristides Salas, afirmó que siempre hacen revisiones de bultos y que este caso se referirá al orientador.
Para la delegación de Alajuelita, los decomisos de armas de fuego son pan de cada día, pues estos artefactos son vendidos a delincuentes y colegiales y se usan frecuentemente en asaltos.