Vivir Hoy
Lunes 29 de agosto de 2011, San José, Costa Rica

Crisis en casa

Rabietas bajo control

Neyssa Calvo Achoy

ncalvo@aldia.co.cr

Muy pocos son los pueden decir que sus hijos nunca hicieron rabieta o que controlaron la situación sin desesperarse.

Sin duda alguna no es una tarea sencilla, pero los padres deben tener claro que para evitarlo se deben marcar límites en casa.

La psicóloga María Ester Flores señaló que a los dos años es frecuente que empiecen los berrinches o pataletas porque se inicia el proceso de autonomía o dependencia. “Es normal que pelee por sus juguetes y sus derechos. De lo contrario es una clara señal que algo anda mal”, recalcó.

Añadió que se trata de un brote de energía muy poderoso para protestar por algo que no se comparte o hacer cumplir un deseo que se acompaña en ocasiones de ira, impotencia y llanto.

Es muy importante que los adultos reaccionen tranquilos ante situaciones de crisis familiares, pues de esa manera los niños aprenden y copian patrones.

¿Qué los dispara?

En la mayoría de las situaciones, las rabietas aparecen cuando el menor está cansado, no ha dormido lo suficiente, tiene hambre o porque quiere algo, por ejemplo un juguete o salir a jugar.

En esos casos, la psicóloga Melissa Céspedes del Hospital Clínica Bíblica, sugiere si el comportamiento es inofensivo ignorarlo, pues su enojo no evolucionará si no hay una persona que reaccione ante su conducta.

“No deben razonar con su hijo en ese momento. Puede retirarse a otro cuarto y decirle que le va a dejar solo hasta que se calme. Además, recalcar que cuando quiera hablar va a estar cerca”, indicó Céspedes.

Asimismo sugiere que cuando la tensión disminuya converse con el pequeño sobre otras formas de expresar su enojo con dibujos o jugando para que aprenda a ser más tolerante.

“Los padres deben tener mucha paciencia, ser buen ejemplo manteniendo la calma, sin gritar y caer en las rabietas de un adulto”, recalcó Céspedes.

Otra estrategia muy eficaz es hacer planes estilo cronogramas semanales y mensuales sobre lo que esperan de sus hijos en cuanto a obediencia, dijo Flores.

Recomendó también el no explicar mucho con razonamientos de adultos a los niños porque están en periodo de formación.

“Hay que poner límites lógicos y claros para que los menores los entiendan bien”, afirmó.

Mano firme

Sea congruente con lo que dice a la hora de corregir al niño, pero sin insultar, humillar, degradar o abusar de su autoridad.

Cambie las reglas según vayan creciendo el menor de edad.

Busque ayuda si su hijo se lastima o daña a terceros durante sus rabietas.

No ceda ante las demandas de su hijo.