Cinchona.- La fuerte lluvia que imperaba, así como una espesa neblina, se confabularon ayer en contra de Roberto Ángel Bravo Ramírez, de 38 años y quien murió después de que el Nissan Vannete que conducía derrapó y cayó a un precipicio de 200 metros.
El accidente ocurrió hacia las 9:15 a.m. en Cinchona de Sarapiquí, 800 metros al sur del puente sobre el río El Ángel, cuando el nicaragüense Bravo se desplazaba hacia el poblado de San Miguel de Sarapiquí, según lugareños.
El guarda de seguridad privada Guillermo García dijo que conducía su vehículo por una calle de piedra cuando de repente observó que adelante cayó primero una puerta, luego una llanta y finalmente el vehículo completo. Bravo yacía sin vida.
“Me bajé asustado y corrí para ver qué pasaba. Al acercarme, observé que ya estaba muerto. Por el radio di la alerta”, dijo García.
Antes de que levantaran el cuerpo, un derrumbe pasó a escasos 10 metros de donde estaban los cuerpos de socorro, lo que los obligó a salir de manera rápida.
Fue necesario el uso de equipo especial para liberar al hombre de entre las latas retorcidas.
Una vez fuera de la zona de peligro, el OIJ de Puerto Viejo de Sarapiquí efectuó el levantamiento del cuerpo a las 12:45 p.m., dada la autorización de la jueza Patricia Cubero y la fiscal Sulieth Chaves.
