Desde 1960, cuando empezó como narrador, Manuel Antonio “Pilo” Obando ha ido cosechando el cariño de todos los ticos.
El 2011 fue un año difícil para él en cuanto a su salud: hace poco le practicaron un cateterismo en su corazón y está a la espera de un implante de riñón.
Lejos de sentirse mal, su buen humor sale a flote y confiesa sentirse muy agradecido con el pueblo costarricense que le ha tendido la mano.
¿Cómo analiza el año que ya casi se va?
Para mí fue el mejor año de mi vida, aunque he tenido muchas alegrías y aciertos. Con todo lo que he pasado, el Señor me demostró su amor. Solo Él me tiene tan bien como estoy. Uno cree que se le acaba el mundo, pero ahora vivo mejor que antes. He cambiado mucho, he comprendido que no es nada si no estoy a la par del Dios. Ya solo falta que esté listo para un trasplante de riñón.
¿Cuál es su propósito de año nuevo?
Mi propósito es seguir manteniéndome como hasta ahora. Hacer caso a los médicos y enfermeros que son increíbles, trabajar en el canal hasta que Dios diga hasta aquí, dar palabra y testimonio. Portarme bien para que el Señor me traiga un excelente riñón.
¿Un sueño?
Algún día quiero dedicarme al Señor. Me gustaría predicar.
¿Cómo se siente?
Excelente, luego de la operación mi corazón quedó cero kilómetros. Me hicieron un “overhaul”.
¿Se ha dado cuenta del cariño que le tiene la gente?
A este pueblo yo lo amo, no les puedo quedar mal. Es un pueblo tan decente, tan cariñoso, tan bueno que no tengo palabras, ni plata, para agradecerles su amor.