Viernes 1 de julio de 2011, San José, Costa Rica

Esteban Ramírez, cantante de Percance

La música es su refugio

Allan Andino

aandino@aldia.co.cr

El vocalista de Percance Esteban Ramírez, ha tomado un nuevo ímpetu, un segundo aire cargado de fuerza luego de un golpe anímico del que no es fácil levantarse.

Desde que su padre don Braulio Ramírez falleciera, nueve días antes del compromiso junto al grupo Hombres G el pasado 4 de junio, ve con más cuidado los pequeños detalles de la vida.

El artista afirmó que la música ha logrado distraerlo y se ha convertido en su principal ruta de escape. Además se ha inspirado para componer nuevas canciones.

¿Cómo ha logrado salir adelante estos días?

Ha sido súper difícil pero la música me ayuda a digerir ese proceso de mi papá. En alguna forma te genera muchas alegrías que te hacen ver las cosas positivas de la vida. El padre lo dijo en la misa: Se va físicamente pero uno siente su presencia, una protección. Él me enseñó a ser responsable y por eso seguí adelante con el concierto.

¿Pensó en algún momento en no presentarse?

Ni siquiera consideré en cancelarlo. Era como ir a cantarle a él. La vida sigue y ahora lo tengo siempre conmigo.

¿Qué conclusiones sacó luego de finalizado el evento?

Sentí el apoyo de mucha gente. Todo al final tiene una explicación. Fue una semana difícil porque estaba por ahí el tema del disque plagio (que un grupo en Facebook decía que “Gira el mundo” era copiado de un artista francés). Esa noche fue perfecta, nos sirvió para motivarnos y darnos fuerza. Fue un reto personal subirme ahí.

¿Aumentaron las responsabilidades con su familia?

La administración del negocio junto a mi mamá, en La Fortuna de San Carlos. Son unos restaurantes, viajo a menudo. Veo la parte de proveedores, estoy aprendiendo, no es fácil. Te toca ocupar la figura de mi papá con toda su experiencia y con la gente que trataba.

¿Quién es el sostén económico en su casa?

Mi mamá y yo, mi hermana estudia Medicina en la ‘U’.

¿Lo impulsó esta situación a componer más música?

Curiosamente durante todo este proceso escribí mucho. Pero no sólo para pensar en él, sino para ver una perspectiva en la vida que no conocía. Nunca había tenido un dolor tan grande, te abre la mente. Es algo que sufren las personas constantemente y es válido como tema cuando lo enfocas desde el sentido de superar las barreras que aparecen en el camino.