Dallas, EE.UU. Cuba se tomó una foto en el Cowboy Stadium. Y Costa Rica, metida de lleno, hizo lo que tenía que hacer: golear.
Faltaba una hora y cuarenta minutos para el inicio del juego, cuando los cubanos salieron a la gramilla sintética del impresionante estadio, con cámaras fotográficas en mano. Querían llevarse un recuerdo; Costa Rica se los daría después.
Posaban, cuadraban bien la foto, enfocaban, disfrutaban del momento, en la más genuina imagen de una Cuba inocente, impresionable (e impresionada).