Puerto Príncipe/APF. -El cantante Michel Martelly, quien juró como presidente haitiano ayer en el edificio provisorio del Parlamento en el que se celebraba la ceremonia, tiene una gigantesca tarea, en un país pobre y destruido.
El saliente René Preval entregó la banda presidencial al presidente de la Asamblea general, maestro de ceremonias, que a su vez se lo entregó a Martelly, electo el 20 de marzo pasado.
El traspaso de poder se realizó pese a una falla de electricidad en dicho edificio de madera construido para la ocasión en el centro de la capital, destruida por un terremoto en enero de 2010 que dejó 225 mil personas fallecidas y una de cada siete sin hogar.
Haití es un país pobre, de poco menos de 10 millones de habitantes -la mitad de los cuales vive con menos de 2 dólares al día.
“Por primera vez en la historia de Haití, un presidente democráticamente electo” le pasa la banda presidencial “a otro presidente democráticamente electo de la oposición”, dijo Edmond Mulet, jefe de la misión de estabilización de la ONU en Haití.