Vivir Hoy
Martes 24 de abril de 2012, Costa Rica

Los padres no deben nunca perder autoridad

No se guarde nada

Neyssa Calvo Achoy

ncalvo@aldia.co.cr

Llamar las cosas por su nombre para no despertar malicia, no temer a las preguntas de los hijos y acercarse a ellos sin criticar, es la mejor manera de llevar el tema de la sexualidad al hogar.

Un tema que debe abordarse en el seno de la familia para evitar los abusos de poder contra menores o embarazos en adolescentes.

Por supuesto, a la hora de hablar hay que tomar en cuenta la edad y madurez del menor, coinciden las expertas en psicología Melissa Céspedes, Marianela Rosales y María Ester Flores.

“Las respuestas a sus preguntas deben ir encaminadas al conocimiento que manejen previo. Por ejemplo, si dicen ¿qué es hacer el amor? pregunte entonces qué saben, para no dar más información de la que quizás manejan”, recomentó Céspedes.

Añadió que en la edad preescolar y escolar el tema esta orientado a reconocer las diferencias anatómicas, sobre los aparatos reproductores y el autocuidado. Mientras que con colegiales es necesario hablar de sexo de forma clara y de los peligros que implica el iniciar su vida sexual.

“A partir de los 13 años sí es necesario conversar de las relaciones sexuales y de los efectos emocionales que conlleva el amor y el desamor. Y luego de los riesgos a nivel de enfermedades y embarazos”, enfatizó Flores, quien insiste en que a esa edad es tiempo de tocar el punto aun cuando ellos no busquen su consejo.

No hay que olvidar que las cifras hablan por si solas, pues en Costa Rica aproximadamente el 25 por ciento de la población femenina inicia su vida sexual entre los 13 y 17 años. Y el 54 por ciento de los partos en mujeres menores de 19 años corresponde a madres solteras, destacó Rosales basada en estudios realizados en el país y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Con los tacos de frente

¿Cómo abordar el tema? En opinión de las expertas consultadas, los padres de familia deben informarse del tema, ser sinceros con sus hijos y tener claro el asunto que deben hablar.

“Los papás necesitan acercarse, escuchar y aunque no compartan los gustos de sus hijos, no criticar, sino indagar por qué eso les atrae. Lo importante es generar en ellos confianza y que los vean como consejeros”, dijo Rosales.

Y si algo nunca deben perder los progenitores es su autoridad e incluso pueden intervenir en situaciones que puedan poner en peligro la integridad de su hijo, destacó Flores.

“Los padres requieren ser lo más flexibles que puedan, pero no pueden permitirlo todo. Es un estira y encoge hasta que exista consenso. Deben meterse si consideran que se pasan en su forma de vestir, son desordenados, sucios o extravagantes”, recalcó Flores.

La psicóloga Céspedes, considera que en estos tiempos los padres ya no tienen tiempo para sus hijos y media más lo material que lo emocional.

De ahí que crezcan siendo egoístas, egocéntricos e inseguros y por eso muchos buscan llenar esos espacios vacíos entre las drogas y malas compañías.