Hace un año y después de dar un concierto en Heredia, un infarto múltiple se llevó de manera sorpresiva al director y voz del grupo Malpaís, Fidel Gamboa.
A pesar de las dificultades, su esposa Viviana Rodríguez se armó de valor y como una heroína –aunque ella prefiere no sentirse así– sacó adelante a su familia en su rol de madre y mujer.
A un año de su partida, ¿cómo enfrenta este momento?
Definitivamente es un momento difícil, hay fechas más complicadas que otras, sin embargo, puedo decir que a pesar de haber pasado un año dificilísimo, estamos mejor y vamos caminando en este viaje que nos ha tocado.
Como madre y jefa de hogar, ¿cómo han salido adelante?
Con mucha ayuda y apoyo de la familia y amigos, con mucho trabajo y la gran responsabilidad de hacer las cosas bien, como siempre y sacar la tarea.
Tiene dos hijos, ¿alguno de ellos quisiera seguir el legado que dejó su padre incursionando en la música?
De momento no. Ambos, evidentemente han estado toda la vida “muy contaminados” de todas las expresiones artísticas y son muy sensibles. Ya veremos más adelante. Por ahora, Fabián de 18 años, comparte con su papá el amor por las letras y la curiosidad por la escultura y Raúl, de casi 15, su pasión por la gastronomía.
¿Ha contado con el apoyo de otros músicos?
Claro, con muchísimos de ellos para el concierto homenaje que hicimos en noviembre. Y desde lo personal con los amigos.
Dijeron que el dinero recaudado en el concierto homenaje y algunas ventas de discos serían destinados a ustedes para su apoyo económico, ¿eso se lo cumplieron?
Si bien hubo muchos gastos y muy altos, sí ha sido un impulso económico muy importante para estos primeros tiempos. Y estoy muy agradecida con toda la gente que hizo esto posible, sobretodo con los amigos que “empujaron” desde un inicio este concierto.
Es un dato secundario, pero ¿qué significa para usted que ese homenaje ha sido el concierto que más público convocó en el Estadio Nacional, superando a artistas como Pearl Jam, Shakira, entre otros?
Si conocía el dato y no me tomó por sorpresa, ya que después de tantos años de matrimonio tenía muy claro, no sólo la calidad de la música de Fidel, sino, el gran amor que le tenía la gente. De hecho cuando estábamos en el planeamiento del concierto ni la producción me creía que iba a llegar tanta gente. Para mí es el reconocimiento de Costa Rica a la música nacional de calidad, al legado de Fidel.
¿Cuál ha sido la frase más alentadora que ha escuchado a lo largo del año y que la ha llenado de optimismo?
Todas. A lo mejor más que las frases, el sentimiento con que las he recibido. “Vamos a estar bien”, es una frase que se repite en mi cabeza y en la que creo.