Alajuelita.- A pesar de la llovizna y el frío, cientos de devotos abarrotaron ayer el santuario del Santo Cristo de Esquipulas, en Alajuelita, para participar en las actividades religiosas que conmemoran su día.
La misa fue oficiada por monseñor Hugo Barrantes, arzobispo metropolitano de San José.
Eran tantas las personas que muchos ocuparon los pasillos para sentarse; otros simplemente se quedaron fuera del templo.
Con tal de no perderse la eucaristía, en sus afueras la multitud de peregrinos abarrotó las entradas de la iglesia.
Con bolsas negras como capa y segura de lo que iba a pedir al Cristo, María Duarte, vecina de Pavas y de 69 años, aseguró que, desde pequeña ha estado presente en esta festividad.
“Él (Cristo) me escucha y él es quien me tiene a mi viejito (su esposo) con vida. Es muchísima la fe que le tengo”, dijo Duarte, quien estaba acompañado por toda su familia.
Desde hace décadas, el décimo cantón de San José celebra a su santo. Atrás quedaron los días de yuntas de bueyes, ventas de caña de azúcar, chapuzones en los ríos y almuerzos en potreros.
Pese a ocupar el último lugar en desarrollo urbano, hoy la celebración mantiene su esplendor. Así lo demostraron los miles que acudieron ayer.
Jorge Campos, comerciante y vecino de Alajuelita, afirmó que desde los 9 años asiste a la misa y a la procesión.
Jóvenes con más fe
Después de dar una misa con un mensaje lleno de amor, el arzobispo se mostró complacido por la participación de los jóvenes en esta festividad.
“Ha aumentado la cantidad de personas que vienen. Pero, sobretodo, ha crecido la fe en la gente. Eso me genera muchísima felicidad”, dijo monseñor Barrantes.
Paola Cerdas, de 22 años, confirmó que esta tradición no solo es para los adultos.
“Le tengo fe. De hecho, vengo desde niña. Ahorita la petición que le hago es para que me ayude en los estudios”, dijo Cerdas.
