Un muro de concreto le restó estética a su vivienda ubicada en la llamada “curva de la muerte”, en Cartago, sin embargo, era la única forma de proteger a su familia ante constantes accidentes.
Carlos Salas, de 66 años, dueño de la propiedad, se cansó de esperar el reductor de velocidad que autoridades del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) prometieron colocar en la calle, a fin de evitar más choques contra su casa.
“El último accidente del camión fue el que me hizo el daño más grande, porque además del dinero que tuve que sacar para reparar la estructura de la casa, también debí invertir para hacer el muro que ahora, espero me proteja”, comentó.
La vivienda está localizada en un giro al final de la vía a 200 metros de la Basílica de los Ángeles, en la carretera que une a Cartago centro con Paraíso.
Diferentes tipos de vehículos han chocado en múltiples ocasiones contra la casa, accidentes que han causado la muerte de un total de cinco personas y provocado lesiones graves en otras más.
Según comentó Salas, hasta el momento no ha recibido ningún documento por escrito de parte del Conavi que le indique que los reductores de velocidad prometidos están aprobados.
Salas explicó que para él y su esposa, Yamileth Coto, la situación es desesperante.
“Mi esposa hace poco sufrió una alteración de presión a raíz de los constantes frenazos y ruidos de los automóviles que pasan por la curva”.
Junior Araya, director de Ingeniería de Tránsito, indicó que necesitan la solicitud formal del reductor de velocidad para darle seguimiento, hacer la inspección y el respectivo informe para enviarlo al Conavi.
Ante ello, Salas aseguró que ha enviado los documentos de solicitud y agregó que volverá a hacerlo con tal de que en algún momento, le resuelvan el problema.
