Skippy es el chihuahua mimado de la casa de Karla Alvarado, pero cuando tocan la puerta de la casa o ve otros perros se transforma.
Además, no soporta las motocicletas y empieza a ladrar con desesperación como si quisiera morderlas.
Cuenta su dueña que generalmente es un “amor”, pero ha llegado a pensar que su problema radica en que se cree un perro de mayor tamaño.