Millones de años atrás, un gigante voló sobre los cielos de América del Norte a finales del Cretácico.
Medía seis metros de punta a punta de las alas y se alimentaba de peces.
Los científicos le otorgaron el nombre de Pteranodon y este es el sétimo dinosaurio que le trae su periódico Al Día como parte de la colección “Dinos asombrosos”.
Este animal poseía características asombrosas. Sus huesos era huecos y de paredes delgadas. Eso alivianaba el peso corporal para facilitar el vuelo.
Las alas, por su parte, estaban formadas por una extensa lámina de piel flexible y resistente sujeta al cuarto dedo de la mano.
Esa membrana estaba conectada con las partes traseras, según explica el fascículo.
Esta colección de alto valor educativo cuenta con el respaldo de Discovery y está compuesta de 12 criaturas prehistóricas. Cada semana sale al mercado un nuevo dinosaurio.
Tienen un costo de ¢3.500 con cupón. Incluye una figura, un fascículo y calcomanías para el álbum. Antes del Pteranodon salieron al atena el Tiranosaurio, el Giganotosaurus, el Stegosaurus, el Triceratops, el Suchomimus y el Spinosaurus.
Desdentado
El nombre Pteranodon significa “ala sin dientes”. Este reptil volador poseía un pico sin dientes y se alimentaba de peces cerca de las costas.
Los atrapaba mientras volaba de forma rasante sobre el mar. En su estado adulto los machos tenían una cresta por encima y por detrás de la cabeza.
Les servía para cortejar a las hembras. Es bastante probable que viviera en bulliciosas colonias gracias a los sonidos que emitían.