Si algo tienen en común los que impregnan de color el Festival de Artesanos del FIA, en La Sabana, es el disfrutar lo que hacen. Y es que en cada pieza de arte que exhiben reflejan grandes dosis de superación y el mensaje de que con pequeñas cosas se puede sacar adelante a la familia.
Abren sus puestos a las 9 a.m. a diario hasta el domingo para contar sus historias a quienes se acercan, entre ellos Xinia Quesada que con hilo en mano va dando forma al trazo en sus lienzos.
Cuenta que más allá de un oficio, que realiza hace ya ocho años, es una terapia, pues con sus cuadros venció la depresión.
Y a unos metros de ella el ingenio de Rosa Montenegro también provoca una parada obligatoria, pues supo sacarle el jugo a la corona de la piña y las rodajas de banano confeccionando collares, prensas, pulseras y fajas. Además, de dar empleo a su familia.
Otros al igual que ellos han encontrado en el arte una microempresa como le sucedió a las primas Adriana y Carolina Bejarano que con chapas y recortes de revistas levantaron hace dos años su negocio y a la familia de Raquel Mora, que trabaja y pinta la madera calando en la idea de que el arte si es fuente de dinero.
Algo más
Tarima “Fiestas de las Letras”, La Sabana: “Juanito y los frijoles mágicos”, espectáculo de títeres a partir de las 9 a.m.
Tarima escénica: Cuento “El elefante que perdió su ojo”, Camerún, 9 a.m. Y a las 10 a.m. taller con Carlos “Tapado” Vargas.
