Edgar Fonseca
Director

La plaza Juan Pablo II de Managua, donde aquel hombre bendito fue ultrajado por hordas sandinistas, hoy de retorno en el poder, sirvió de nuevo este sábado a la profanación cívica.

El “bufón de Caracas” “festejó”, junto con sus faldilleros, un nuevo aniversario del mamarracho de revolución que dejó en ruinas a Nicaragua en 1990.

A su lado Ortega, extraviado, sumiso, amenazante y agresor de sus conciudadanos, que se han lanzado a las calles por multitudes a reclamar, con dignidad, democracia y comida. Nada más.

Se les une Zelaya, político hondureño, compañero de viaje, que tiene postrado a su país en la miseria y se congracia con “el bufón”.

En la comparsa, Lugo, obispo renegado de Paraguay y nueva “vedette” del firmamento izquierdoso del hemisferio, de la mano de Rosario, pitonisa del régimen.

Celebraron, comieron y bebieron abundantemente mientras la miseria y la represión campean en Nicaragua.

Ausente en el aquelarre, Marulanda, aunque le sobró sahumerio.

También faltó Cristina Kirchner, Barbie del “bufón” en el Cono Sur, en “shock” tras el bombazo que le recetó su Vicepresidente y el Senado argentino a ese populismo rampante suyo.

Pero quizás, el mayor ausente de tan lúgubre episodio fue Lula, pragmático dirigente brasilero que evade juntas como esas y anda convertido en el real líder del hemisferio, con los pies en la tierra, sin extremismos, populismos trasnochados, ni opios guevaristas. Por algo será.

Punto final- El Gobierno tico se acerca, dadas las alzas en combustibles, al engendro llamado Petrocaribe. Ojo a la mafia chavista que maneja ese lucrativo flanco de coacción y corrupción regional.