Pido La Palabra

“Vaca yendo una lágrima...”

Una cosa es un pueblo instruido y otra, muy distinta, uno educado.

Hay que establecer la diferencia entre una obra de arte y proponer la muerte por inanición de un animal, como mensaje creativo.

No distinguir estas diferencias en nuestro país, resulta paradójico.

En la misma semana cuando el Ministerio de Educación Pública anuncia la inclusión del arte como un énfasis en el currículo, las vacas del “Cow Parade” son descachadas y mutiladas por esa maldita actitud ambivalente del tico, de parecer lo que no es: nos encanta parecer cultos y sensibles, pero, la verdad, es que estamos muy lejos de serlo.

Podríamos refugiarnos en el cotidiano pretexto “deben ser nicas quienes hicieron eso” o “de fijo, son colombianos”, mas lo cierto es que hoy por hoy el panorama apesta y debe recetarse la medicina a todos por parejo.

Habrá que agarrar el toro por los cuernos en materia educativa con una visión, sobre todo, aterrizada, con límites claros y consecuencias contundentes.

No se trata de ponerle a este gran reto (como hicieron con las vacas de la expo) una cerca de hierro y un policía, o de quedarse con los cachos en la mano. Es un compromiso de todos, impostergable y definitivo.

La buena educación y la cultura son hermanas siamesas. Si nos olvidamos de una, se muere la otra.