Guatemala/AFP.- La tarde de ayer, el volcán Pacaya, ubicado a 50 kilómetros de la capital, volvió a entrar en una fase eruptiva similar a la registrada el jueves por la noche, con explosiones y columnas de ceniza que alcanzan alturas de hasta los 1.500 metros.

Por la erupción se declaró estado de calamidad, ya que hubo un periodista muerto (Aníbal Archila, víctima de piedras que le cayeron cuando cubría los hechos), tres niños desaparecidos, 59 heridos, 100 casas destruidas y 100 kilómetros cuadrados de terreno dañado, informó el presidente Alvaro Colom.

Se reportan también casi dos mil personas evacuadas, de las cuales 1.783 están en albergues, además de la muerte de un joven de 22 años que pereció al caer del tejado de una escuela cuando limpiaba ceniza. Colom añadió que el aeropuerto La Aurora de la capital, seguirá cerrado hasta hoy en la noche. Los vuelos son desviados a Petén o El Salvador.

La actividad del volcán se había incrementado el miércoles con expulsión de lava, fumarolas y ceniza, y se agudizó el jueves por la noche durante unas cuatro horas. Con sus 2.552 metros de altura, se trata del coloso más activo de Centroamérica.

Según el director del Instituto Nacional de Vulcanología (Insivumeh), Eddy Sánchez, el Pacaya ha acumulado mucha energía por varios años y como una olla de presión la libera violentamente.

La ceniza se eleva a 1.000 metros y es transportada hasta 30 km en dirección noroeste.

Ayer al cierre de edición se reportó una reactivación en la erupción del coloso con un aumento en el lanzamiento de ceniza, piedras y lava. Las autoridades no descartaron que el volcán continúe registrando erupciones durante las próximas horas.