Patricia Recio G.
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Cientos de ticos que residen o se encontraban de paso por Guatemala, se llevaron el susto de sus vidas cuando el jueves pasadas las 5 p.m. se presentó la erupción del volcán Pacaya, a unos 50 kilómetros de la capital.

“Fue como oír una explosión de una bomba muy fuerte”, relató Mainor Caballero, quien ayer esperaba minutos antes de la 1 p.m. en la terminal de buses de la empresa Ticabus en Guatemala, único medio para salir del país, pues los vuelos comerciales se encuentran suspendidos hasta el lunes.

Caballero, quien viajó a ese país por negocios, recordó que pasadas las 3 de la tarde se dio un fuerte temblor, pero no le tomó importancia, pues “en Costa Rica tiembla a cada rato”, dijo.

Luego de esto, la lluvia de ceniza cubrió la ciudad. “Hay una capa como de 10 centímetros de grueso”, describió Caballero, quien vive en Alajuela y tomaría ayer el bus que sale de Guatemala a la 1 p.m. Se espera llegue a Costa Rica mañana.

Según la empresa Ticabus, al menos 25 ticos viajaron ayer en los dos autobuses que salieron de Guatemala a las 5:30 a.m. y a la 1 p.m., muchos de ellos viajaron hasta El Salvador para tomar ahí aviones hacia nuestro país. Otros como Mainor, seguirán en bus hasta llegar a suelo tico.

La embajadora de Costa Rica en Guatemala, Lidieth Brenes, indicó que muchos de los costarricenses que residen allá, ya fueron contactados y se encuentran bien, incluso conversaron con las tres familias que viven cerca de las faldas del volcán.

“Ellos están bien, pero pronto deberán dejar sus casas porque el Gobierno está evacuando esas zonas”, explicó la embajadora.

Según Brenes, la embajada tiene registrados unos 650 costarricenses, pero la colonia de residentes es de unos 4 mil ticos.

Brenes describió el ambiente que se vivía ayer en las calles de Ciudad de Guatemala como “horrible” y aseguró que las personas se ven asustadas.