Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

         

Los dos policías y, los otros dos sujetos sentenciados anteayer a 424 años de cárcel por asesinar a dos primos y atentar contra la vida de dos hermanos, quedaron al descubierto debido a un grave error: no haberle entregado las llaves de las esposas a los homicidas directos.

Así lo aclaró ayer el exfiscal de Limón, José Ramón Morales, representante del actor civil en esta causa.

Las víctimas eran los primos Roy Sotela Prendergast y Natanael Rodríguez Obregón de 21 y 17 años, respectivamente. Los sobrevivientes son los hermanos Ricardo y Alexánder Dixon de 25 y 22 años, en su orden.

Ellos fueron emboscados, vapuleados y esposados en Cahuita para, en un auto particular, ser llevados a un lugar ubicado a unos 25 kilómetros de distancia.

En el vehículo, además, viajaba un sujeto llamado Juan.

El sitio, se conoce como “Codo del Diablo”, en Boqueare del Valle La Estrella, en Talamanca.

Ahí aparecieron muertos a puñaladas los primos y moribundo Alexánder. Ricardo había huido.

Los culpables son los exmiembros de la Fuerza Pública: Wálter Angulo Durán y Jorge Jiménez Saldaña, adscritos a la delegación de Cahuita. Además, Mauricio Ocampo Cordero y Johansty Mora Rojas, del Valle de La Estrella.

Grave olvido

Ocampo y Mora recibieron esposados a tres de las víctimas (Roy, Natanael y Alexánder) a quienes acuchillaron, según el fallo del Tribunal de Limón.

Roy y Natanael fallecieron en el acto y Alexánder simuló estar muerto y logró salvarse. Ricardo, también malherido, se había lanzado del carro y estaba de huida.

Ocampo y Mora tras el hecho, se toparon con la sorpresa de que Jiménez y Angulo no les habían entregado las llaves para poder quitarle las esposas a las víctimas, reveló el licenciado Morales, Dos de los accesorios estaban “patrimoniadas”; o sea, pertenecían al Ministerio de Seguridad Pública. La tercera no, agregó.

Ocampo y Mora, presuntamente, habrían llamado por teléfono a un hombre que, por esa época administraba un bar en Cahuita para pedirle que fuera a la delegación de la Fuerza Pública de ahí a recoger las llaves y entregárselas a ellos, reveló Morales.

Angulo, al parecer, se las dio a este sujeto por intermedio de un subalterno suyo llamado Tobías, según las investigaciones.

Eran cerca de las 5 a.m. de ese 14 de junio.

Sin embargo, el exadministrador –presuntamente– se quedó con las llaves en la mano porque para cuando quiso dárselas a Ocampo y Mora ya la Policía había descubierto los cuerpos de Roy y Natanael, al tiempo que Alexánder era socorrido gracias al aviso de Ricardo, dijo Morales.

Las autoridades con estupor descubrieron que dos de los cuerpos habían sido maniatados con esposas del Gobierno.

Alrededor de las 8 a.m. de ese 14 de junio, fue enviado un fax de la delegación de Cahuita a la de Sixaola mediante el cual, se comunicaba el extravío de un par de esposas durante un operativo, narró el licenciado Morales.

“Sin embargo, en el libro de novedades de la oficina de Cahuita, nunca apareció consignada esa pérdida, como tampoco el operativo”, aclaró el litigante.

La OIJ y el Ministerio Público de Limón mantienen el caso abierto porque van por el exadministrador, informó Morales.

la hipótesis policial es que habría sido el autor intelectual delhecho, según las pesquisas.

Juan Carlos, el tercero que viajaba en el carro, habría muerto asesinado timpo después durante un tiroteo a la entrada de Cieneguita, comentó el exfiscal.