Unas 20 toneladas de cocaína, así como gran cantidad de marihuana y crack, también pastillas de Éxtasis, comenzaron ayer a ser destruidas en San Joaquín de Flores, Heredia, en el moderno incinerador que las autoridades dieron por inaugurado.
La máquina, valorada en más de $80 mil, fue puesta a funcionar durante una ceremonia en la que participó el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, y el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Jorge Rojas.
Según el jerarca judicial, ahora podrán destruir un promedio de 300 kilos de drogas por hora.
“Es un equipo muy moderno y se nos garantiza que lo que allí sale pasa a una segunda cámara para el tratamiento de gases y así no se contaminará jamás el medio ambiente”, comentó Rojas.
El incinerador funcionará en el complejo judicial donde se sitúan los laboratorios y la morgue del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Droga acumulada
“Es bastante”, afirmó el director del OIJ quien rehusó revelar la cantidad exacta de psicotrópico acumulado.
Hasta finales del 2009, la Policía trasladaba grandes cargas de estupefacientes hasta Agua Caliente de Cartago para destruirla en un potente horno de la fábrica nacional de cemento.
En diciembre de ese mismo año el OIJ detuvo a seis empleados de esa compañía y los acusó de robar 20 kilos de cocaína. Todos descuentan ahora diversas condenas por ese hecho. Debido a esta situación, la empresa cementera no facilitó más el horno y las autoridades enfrentaban desde entonces serios problemas para almacenar la droga decomisada.
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