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Martes 14 de junio de 2011, San José, Costa Rica

En sala 11 de los tribunales de juicio de San José

Terror de Alajuelita juzgado por crímenes

Carlos Láscarez S.

clascarez@aldia.co.cr

Durante el primer día de debate, el hombre de apellido Hernández que en su momento llenó de terror a los habitantes de Alajuelita se abstuvo ayer de declarar.

Según la acusación del fiscal Róger Solís, a Hernández –así como a otros dos imputados de apellidos Quirós y Mejías– se le relaciona con la muerte de Allan Calderón Valenciano, de 18 años, ocurrida el 10 de febrero de 2009 en Concepción Arriba, Alajuelita.

Calderón falleció tras recibir un disparo en la cabeza y otro en el muslo. También resultaron baleados dos hombres, por lo que, además del homicidio, los sujetos responden por un delito de tentativa de homicidio.

Otra muerte que le achacan a Hernández es la de la educadora Demys Serrano Rosales, quien murió el 14 de marzo dentro de un bar en Concepción de Alajuelita.

Esa noche, según la Fiscalía, Hernández disparó con la intención de asesinar a un hombre de apellido Álvarez, quien se ocultó detrás de la barra y con quien había peleado minutos antes.

Uno de los disparos alcanzó a la educadora, quien departía en el lugar. Por ese hecho responderá por homicidio simple y tentativa de homicidio simple.

A Hernández, de 25 años, lo llamaron a debate por otro hecho de sangre registrado el 1.° de febrero del 2010 en La Chorotega de Alajuelita. Ese día, según la Fiscalía, disparó contra un hombre y su esposa en nueve ocasiones.

Logró herir en la espalda a un colombiano de apellido Ortiz. Lo acusan de dos tentativas de homicidio simple.

Conoció a supuesto homicida

Cargando un retablo con la fotografía de su hermano, María del Carmen Córdoba conoció ayer a los sospechosos de matar a su hermano.

La acompañó la exnovia de este, una joven quien lucía en su espalda un tatuaje con el nombre “Allan” en letras góticas.

“Es muy duro para nosotros. Quiero que se haga justicia; era como un hijo para mí. Si ellos lo mataron, deben de pagar. Para todos, la familia cambió” recordó Córdoba entre lágrimas.

Para sorpresa del tribunal, el también fiscal Cristian Rodríguez Arce declaró que el imputado de apellido Quirós –en libertad con medidas– lo amenazó de muerte al ingresar a las salas de juicio al decirle: “Espérate a que te agarre sólo”, por lo que pidió que lo encarcelaran. Minutos después fue arrestado.