Nutrición
Alimentos y expresión
Marcela Dumani *
Los filólogos nos han enseñado que el idioma se construye en la íntima relación de las personas con su ambiente y todos los elementos que en él cobran importancia para la vida y la sobrevivencia.
Así, a las cosas y acciones más importantes que tienen un significado en la cultura en la que se vive, se les asigna un nombre o denominación.
Es interesante observar, en nuestro país, la utilización de alimentos en la construcción de frases o expresiones que tienen un sentido para nosotros como pueblo. Incluso, se utiliza en algunas ocasiones el nombre de alimentos que se han dejado de consumir.
Por ejemplo, la expresión "me importa un bledo", quiere decir que a uno le importa muy poco. Probablemente se utilizó al bledo porque esta planta crece por doquier, "como mala hierba", y es muy común, aunque ya no la comamos a pesar de su excelente valor nutritivo.
"Parece un tacaco" se utiliza para describir a la persona bajita y "empacada". Costa Rica es el país de origen del tacaco; es aquí donde don Henry Pittier lo describe por primera vez en el mundo. La palabra tacaco deriva del idioma bribri, por lo que es completamente lógico que lo tengamos incorporado a nuestra cultura.
"Partir el ayote por la mitad" es una frase que apela a una repartición equitativa y justa. "Sos pura tusa" significa que la persona que recibe esa descripción es inconsistente en su comportamiento, resulta un fraude. Es un elote que se va en pura tusa y no ofrece lo que se espera de él.
"Tan fresco como una lechuga", "es toda arrepolladita", "¡no seás tan camote!", "tenés barba de chayote", "¡es tan ayote!", "cara de papa", "cara de mango", "tiene más ojos que una piña", "lo dejó morado como un caimito", "quedó más blanco que un ajito", "se peló el nance", "me importa un pepino", "¡qué par de yucas!", "¡qué guaba!"...
Todas esas son algunas expresiones costarricenses.
Incorporamos a los animales para describir algunas actitudes: "hacerse el zorro" recuerda al zorro pelón cuando se hace el muerto para despistar a quien lo persigue. "Tiembla como un conejo", "más rápido que un venado"...
Es interesante que la mayoría de los alimentos utilizados en la construcción de nuestro lenguaje sean de origen vegetal. Probablemente, los vegetales tengan una clara correspondencia con nuestra idiosincrasia dichosamente pacifista.
* mdumani@racsa.co.cr
|