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Comentario
Las estrellas han partido Julio Peña Lara
El gran poeta y escritor nacional, Isaac Felipe Azofeifa, nos dice en un bello poema: "De veras, hijo, ya todas las estrellas han partido, pero nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer".
De verdad que esos versos son sumamente alentadores, a pesar de que, después del maremoto originado por algunos políticos, empresarios y hasta religiosos, que tiene todavía impactados a los costarricenses, los "especialistas" presagian un panorama sombrío para este 2005 en materia de desarrollo económico, con severas repercusiones para los sectores sociales más desprotegidos del país.
Este cataclismo político y económico, lejos de enajenarnos y sumirnos en la impotencia y en la desesperanza, debe servirnos para tomar nuevos bríos y revisar nuestra historia, con su rico legado de grandes reservas morales, éticas y cívicas.
La tarea de rescatar la patria demanda de quienes ostentan el liderazgo político, económico, empresarial y religioso, actitudes responsables, de gran madurez, pero, sobre todo, de un genuino compromiso con el mejor interés nacional. Asimismo, debemos unir esfuerzos todos los grupos sociales, sin egoísmos ni sectarismos, sin posiciones histriónicas ni prebendas, con un claro objetivo: el amor por Costa Rica, que, pese a los acontecimientos, tiene cimientos extraordinarios de democracia, paz social y un sólido Estado de Derecho, en el que, gracias a Dios, no tienen cabida los militares que en otras latitudes, en tiempos confusos y de cierta inestabilidad, surgen como los grandes mesías.
Es la hora no del cambio ni del abrazo, es la hora de que los costarricenses fortalezcamos la esperanza de una patria mucho mejor.
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