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En el sitio Roy Gamboa Cerdas, de 24 años, falleció dentro de su vehículo, en este lugar, unos 200 metros al oeste de la iglesia católica de La Capri, en San Miguel de Desamparados. José RIVERA/Al Día
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Matan a joven en supuesto "bajonazo"
Le dispararon en el cuello, pero no le robaron el carro Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA alvarosanchez@aldia.co.cr
La muerte de Roy Gamboa Cerdas de 24 años, ocurrida a las 10:45 p.m. del miércoles en La Capri de San Miguel de Desamparados, habría sido causada por un "bajonazo" que no pudo ser concretado.
Una fuente policial explicó que Gamboa fue hallado con dos disparos en el cuello y todo hace creer que le dispararon a corta distancia.
Gamboa, quien era vecino de San Juan de Dios de Desamparados, y no portaba documentos que lo identificaran, transitaba en su carro -un Honda Civic CRX modelo 1984 amarillo- cerca de la Iglesia Católica de La Capri.
En ese momento, dos hombre que viajaban en una moto blanca con cascos cerrados se le acercaron del lado izquierdo del vehículo y le pidieron que se detuviera, pero el joven no hizo caso a la amenaza.
Los delincuentes le dispararon en dos oportunidades y lo hirieron en la parte izquierda del cuello. Gamboa falleció en el sitio minutos antes de que llegara la Cruz Roja.
Una fuente judicial indicó que la motocicleta utilizada por los delincuentes sería la misma utilizada en otros "bajonazos" en la misma zona. Un testigo del hecho, que conversó con Al Día ayer, dijo que observó cuando la víctima iba en su carro despacio.
"En ese momento vi que se acercó una moto y se le atravesó. Hicieron que parara por completo y en ese momento él intentó irse acelerando, pero uno de los que iba en la moto se bajó y le disparó. Yo escuché como un estruendo, creo que el vidrio estaba cerrado. Después de eso huyeron con rumbo a San Miguel", dijo el testigo, quien prefirió no ser identificado.
Las autoridades aún desconocen las identidades de los sospechosos, indicó una fuente judicial.
Un caso similar ocurrió el martes 5 de octubre.
Pablo Arias Alpízar, de 22 años, fue asesinado de tres disparos: uno en la oreja, otro en el tórax y el último en la axila derecha, cuando ingresando a su casa, en Heredia, intentaron bajarlo de su vehículo.
Los delincuentes lo secuestraron por varias horas. La policía halló su cuerpo al día siguiente en un cafetal en San Pablo de Heredia.
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