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Iniciativa
El exdiputado y exdirector de Transparencia Internacional, Mario Carazo, promueve crear una alianza electoral.
Archivo/Al Día
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Intentan coalición contra Arias Sylvia ALVARADO MARENCO
salvarado@aldia.co.cr
Formar una alianza o coalición que logre la fuerza suficiente para enfrentar al candidato liberacionista Óscar Arias, así como plantear una opción que responda a las necesidades e intereses del pueblo, es lo que pretenden conseguir algunos ciudadanos, entre ellos el exdirector de Transparencia Internacional, Mario Carazo.
Carazo dijo ayer a Al Día que para entrar de lleno en esa lucha, renunció el 1 de enero al puesto de director de ese organismo internacional.
"Se trata de presentarle al electorado un planteamiento sólido, creíble y adecuado a la realidad del país. Ciertamente el de Arias, y una minúscula parte del electorado, no cumple con esos requisitos", adujo Carazo.
Aunque la idea de formar una coalición ronda desde hace días entre los precandidatos, no hay nada concreto.
Primero, no se ha definido si se fundaría un nuevo partido, máxime que el plazo para inscribirlo vence en mayo, y segundo, una coalición, según señala el Código Electoral, solo puede estar conformada por partidos inscritos, y algunas de los posibles agrupaciones que podrían fusionarse están en proceso de inscripción.
Más allá de esas dificultades técnicas, la alternativa tendría que superar otros escollos más difíciles. Entre ellos, lograr unificar una propuesta programática, (que englobe los intereses de todos los grupos sin ser excluyente del resto) y definir cómo se elegiría al candidato presidencial y a un grupo de diputados de varias listas que ya casi circulan en los partidos.
¿Quiénes estarían en disposición de sacrificar sus aspiraciones personales en aras del interés de la patria? Es una de las preguntas que aún no tiene respuesta.
Para Carazo, más que hablar de sacrificio, hay que hablar de tolerancia. "Debe haber una renuncia en virtud de un interés superior y tener un compromiso absoluto. Creo que la idea de la alianza o coalición, tendrá éxito no solo para enfrentarse a cualquiera sino a los problemas nacionales". Tocar puertasAl Día supo que Carazo ya habría conversado sobre el tema con el libertario Otto Guevara, el exministro José Miguel Villalobos y Antonio Álvarez Desanti.
Guevara dijo que "los partidos que valoren esa posibilidad, deberían hacerlo sobre una base programática específica y no por el poder mismo o teniendo el único denominador común de querer que Arias no sea presidente. Si los partidos están dispuestos a tomar las propuestas libertarias, sería fabuloso".
Villalobos dijo que ha expresado su anuencia, siempre y cuando sea una alianza para establecer un acuerdo para gobernar y no para derrotar a alguien, se haga una agenda programática que todos suscriban, los partidos vayan separados en las papeletas de diputados y regidores, y la candidatura presidencial sea producto de una convención a padrón abierto. "No estamos dispuestos a candidaturas negociadas", alegó.
Álvarez fue claro en que el suyo no es un grupo "antialgo sino propositivo y las inciativas pretenden crear un frente anti Arias. Queremos algo que construya una nueva Costa Rica".
Humberto Arce, de la Unión Patriótica, declaró que si existe la opción de una alianza, "la analizaríamos con toda seriedad", mientras tanto, explicó, su agrupación sigue adelante con la inscripción ante el TSE.
Corrales considera que "es fundamental que se dé la coalición, no para detener a Arias, sino para llenar el vacío electoral que han dejado el PUSC y el PLN".
Ottón Solís dijo que descarta la idea, aunque todo dependería de si la intención es únicamente ganar unas elecciones, sin propuesta programática, "porque entonces podría ser que se pase de un monstruo de dos cabezas a uno de 18". Solís aclaró que si la coalición se diera en torno a principios y propuestas que ellos comparten, incluso, estaría dispuesto a sacrificar su aspiración, siempre y cuando su nombre no resultara electo en comicios internos.
Para la diputada verdiblanca Laura Chinchilla, "es evidente que estas alianzas reflejan la debilidad de otros movimientos coyunturales, lo que parece unirlos es un sentimiento negativo de destrucción del PLN y si bien, podría servir electoralmente, podría ser un fracaso para gobernar, como ocurrió con la alianza de 1978".
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