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Puro carácter
El seleccionar mexicano Ricardo Lavolpe vive con pasión cada minuto del partido. Por eso, algunas veces se molesta con la prensa porque no le entienden su idea.
Archivo/Al Día
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Las dos caras de Lavolpe
De arrogante, intolerante y abusivo, a tierno, sensible y de gran corazón... Ileana SANDÍ
isandi@aldia.co.cr
Más allá de su ceño fruncido y su cara de muy pocos amigos, el seleccionador mexicano Ricardo Lavolpe esconde una vida llena de ternura y compasión.
En México es admirado por unos y odiado por otros.
Pero la imagen que proyecta el técnico es verdaderamente dura.
En una publicación del medio mexicano "Opinión Digital" se dice: "le llaman dictador, abusivo, prepotente, esclavizante, arrogante, soberbio, intolerante y si todavía viviera esa moda, las abuelitas usarían sus fotos para amenazar a los infantes en rebeldía".
Así es Lavolpe cuando habla de trabajo, de fútbol. Quiere en la cancha el máximo esfuerzo de sus jugadores, que le entiendan su idea y la pogan en juego.
"¿Que tiene mal carácter? Es parte de su personalidad. A veces el mal carácter es bueno para aquellos jugadores que empiezan", dijo el periodista José Ramón Fernández, de TV Azteca. Papá y abueloPero lejos de las canchas, ya en la tranquilidad de su casa, Lavolpe deja salir el lado más tierno de su personalidad.
Padre de tres mujeres: Débora (29), Sabrina (26) y Cinthia (18) y abuelo de dos pequeños: Mauro y Natalia.
Está casado desde hace 30 años con la argentina Diana Giaccaglia, con quien vive en Toluca.
"Él es una persona muy exigente, de ahí lo duro de su rostro pero en su interior, en el núcleo de su familia tiene un gran corazón". explicó Enrique Porta, editor del periódico "Esto" de México, que habló con Al Día vía telefónica.
Porta comentó que tiene 24 años de conocer a Lavolpe, desde que este hombre llegó a México. Desde entonces se debate entre su corazón argentino y su sentimiento mexicano, pues ya son muchos años en dicho país.
"Es un hombre duro, pero creo que es la defensa a lo tierno que es. Para que no abusen de él pone el rostro tosco", dijo Porta.
Con él coincide el periodista mexicano de "Ovaciones", Rubén Rodríguez, quien afirmó que "es una persona difícil, que tiene sus desplantes, pero en el fondo es una buena persona".
Así lo dejan ver sus múltiples obras benéficas. Lavolpe ayuda a dos asilos de ancianos en Toluca, al Hospital de Trasplantes de Guadalajara y tiene una escuela para niños con síndrome de Down en Ciudad Satélite. Siempre fútbol Pero el fútbol es todo para Lavolpe, que viaja durante hora y media todos los días desde su casa en Toluca hasta Distrito Federal para entrenar a los seleccionados.
"Como cualquier técnico se enoja, es un adelantado del sistema de juego, siempre al ataque pero con la defensa ajustada", dijo Porta.
Por eso, dicen que se enoja con la prensa cuando no le entienden qué quiere hacer en la cancha.
Incluso ya tuvo un altercado con un fotógrafo del diario "Récord", al cual golpeó luego de la Copa América del año pasado. Al final pidió disculpas.
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Privilegio
Lavolpe es un privilegiado: fue campeón del mundo con Argentina, en 1978.
Archivo/Al Día
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Fútbol total Ileana SANDÍ
isandi@aldia.co.cr
La vida de Ricardo Lavolpe siempre ha estado relacionada al fútbol.
Tenía apenas 6 años cuando empezó a darse cuenta que tenía habilidades como arquero.
Pero fue hasta los 16 años cuando el profesionalismo toca a su puerta.
Debuta en tercera división en el Banfield de Argentina y a los 18 años llegó a la Primera División con el mismo equipo.
Para 1975 se fue a jugar en el San Lorenzo, uno de los grandes de Argentina. Tres años más tarde, estuvo en la Selección de César Luis Menotti, con la cual gana el mundial de Argentina 78, pese a no jugar ningún partido.
"Haber estado entre los 22 jugadores que conquistamos el campeonato del mundo fue una gran satisfacción para mí", dijo Lavolpe al periódico el "Universal" de México.
Luego de 1978 viaja a México para jugar con el Atlante, donde pasa varios años hasta llegar al Oaxtepec, donde termina su carrera como arquero e inicia una como técnico.
Logra que este modesto equipo no descienda a segunda división y se consagra como estratega.
Ha dirigido equipos como los Ángeles de Puebla, Chivas, América, Atlas y Toluca, todos de México.
Solo con el Atlante logró ser campeón en la temporada de 1992-1993.
Con el Toluca estuvo a punto en 2001-2002, pero se fue a dirigir a la Selección de México antes de que terminara el campeonato.
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Gran rival
Hugo Sánchez no puede ver ni en pintura a Ricardo Lavolpe. Eso sí, el sentimiento es mutuo...
Archivo/Al Día
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Guerra sin cuartel
La polémica entre Lavolpe y Hugo Sánchez ya cumplió 25 años Ileana SANDÍ
isandi@aldia.co.cr
Al mejor estilo de las telenovelas mexicanas, Ricardo Lavolpe y Hugo Sánchez han protagonizado una de las polémicas más fuertes en México.
Ya han pasado 25 años desde que estos dos hombres del fútbol no descansan de una guerra, que ni la Selección mexicana ha logrado poner punto final.
Lavolpe es el actual técnico del "Tri" como llaman los aztecas a su combinado, mientras Sánchez es el entrenador del Pumas, pese a tener la clara intención de llegar al banquillo nacional.
La disputa inició el 27 de enero de 1980, cuando el delantero del Pumas le anotó tres goles a Lavolpe, quien era el arquero del Atlante.
La derrota fue lo menos, pues las frases hirientes se apoderaron de ellos.
Sánchez manifestó: "Lo he visto como 30 veces y no me canso de repetirlo. Nunca olvidaré este momento".
La respuesta no se hizo esperar y Lavolpe dijo que Hugo nunca más le volvería a anotar algo similar, pero al poco tiempo "Hugol" celebró frente al portero. Divorcio definitivoDurante una década la tranquilidad reinó pues Sánchez jugaba en España. Pero por cosas de la vida, el delantero regresó al fútbol mexicano para jugar con el Atlante, donde fue dirigido por Lavolpe.
Las fricciones entre ellos cada día se hicieron más fuertes, hasta que el técnico le terminó dando una bofetada para que el divorcio fuera total.
Desde entonces, los dimes y diretes entre ellos llenan los titulares de los medios de comunicación, pues Sánchez no descansa en su lucha por llegar al banquillo del "Tri" y principalmente si es a costa de su más grande rival.
Algunas de las declaraciones más recientes fue dada por Lavolpe el 11 de enero y publicada en "Univisión.com", donde aseguró que "la ambición individual de Hugo supera su ética".
Esto como respuesta a Hugo, quien dijo que él era una mala persona y tenía favoritismo en las convocatorias.
Para el periodista Rubén Rodríguez del periódico "Ovaciones" de México, el principal afectado es el equipo, pues se ve envuelto en una polémica sin sentido.
"Hugo es una persona mediática, determina muchas cosas, la gente puede que le crea mucho. Por eso, la imagen de la Lavolpe y de la Selección tiene que estar muy bien manejada".
De esta forma, la guerra parece no terminar, pues Sánchez no descansará hasta convertirse en el técnico del "Tri".
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En cero
El último partido dirigido por Lavolpe (al fondo) fue el amistoso contra Suecia, en California, que terminó con un insulso 0-0.
AP/Al Día
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¡Rompió 15 camas!
Nombre: Ricardo Antonio Lavolpe
Fecha de Nacimiento: 6 de febrero de 1952
Lugar de Nacimiento: Banfield, Buenos Aires, Argentina.
Lugar de residencia: Toluca, México
Estado Civil: Casado con Diana Mónica Giaccaglia el 13 de agosto de 1974.
Hijas: Débora de 29 años, Sabrina de 26 y Cinthia de 18.
Nietos: Mauro y Natalia
Sueño por cumplir: Ser contador y encargarse de su propia empresa.
Curiosidades
Es devoto a la Virgen de Guadalupe, la Virgen de Luján y San Judas Tadeo.
Fuma cigarros Marlboro Light, pero en un pasado utilizó Viceroy.
A los 5 años de edad le regalaron su primer balón de fútbol.
Desde los 6 años en adelante, le rompió cerca de 15 camas a su madre, pues se lanzaba a atajar la bola que él mimo tiraba contra la pared. Fue ahí cuando se dio cuenta que quería ser arquero.
De niño lo echaron tres veces del colegio y le dieron 15 llamadas de atención por llevar bombitas de olor. Además le contestaba mucho a los maestros.
Cuando decidió ser portero visitó a los máximos arqueros de Argentina para pedirles los secretos del marco. Entre ellos: Miguel Marín, el Loco Gatti, Amadeo Carrizo y el Pato Fillol.
Para cuando fue técnico viajó a Argentina para aprender de los mejores. Por eso, pasó tiempo con Carlos Timoteo, Rogelio Domínguez, Carlos Aimar, Héctor Veira y César Luis Menotti.
Le encantan las matemáticas y la contabilidad. En México ha tenido tres restaurantes y una empresa de jabones (que inició en Argentina), y espera algún día dedicarse a ella.
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