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Del Redactor
Estadios inseguros Álvaro Sánchez Córdoba
No comparto para nada las acciones de La Ultra, el domingo pasado en Puntarenas. Ésta es una barra que debe desintegrarse, al igual que La Doce de Alajuela y La Garra de Heredia, pues tampoco hay que ser ciego y achacarle el problema de violencia a un grupo solamente, cuando todos tienen "cola que les pisen".
Cabe recordar que ya hubo una víctima, supuestamente a manos de un aficionado que pertenece a La Doce, pero, aún así, los clubes siguen patrocinando a estas personas, que solo van al estadio a hacer de las suyas.
Asista usted, si sobrevive, a un partido en la parte sur de la gradería de sol del Estadio Ricardo Saprissa, y se dará cuenta de todo lo que pasa y del comportamiento de los jóvenes que ahí se congregan.
Ante este panorama, dos preguntas: ¿Dónde está la policía cuando esta gente hace, literalmente, lo que le da la gana en las graderías? ¿Qué clase de educación han recibido estos fanáticos?
De nada sirven las reuniones con el Ministerio de Seguridad, pues, para solucionar el problema, se requiere mano dura, y que los clubes no permitan la existencia de estos grupos.
Creo que hasta la prensa tiene culpa, pues, cuando vemos a un policía tratando como se debe a un irresponsable de éstos, hablamos de derechos humanos y de brutalidad policial.
Estos grupos deben desaparecer. La situación merece una acción fuerte de la policía y de los clubes involucrados, que, aunque lo niegan, les regalan entradas, los colocan en un sitio especial del estadio y hasta les pagan buses para que llenen graderías en otros lugares.
Recordemos que, hace poco, algunos miembros de La Ultra viajaron en el avión privado de Jorge Vergara y asistieron a la fiesta de fin de año del equipo.
Y basta ya de respuestas esquivas, como la que da el gerente del Saprissa, Jorge Alarcón, achacando el problema a la barra, ya que, después de todo, la patrocinan.
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