Sábado 05 de febrero, 2005. San José, Costa Rica.


Campeonato Nacional 2004-2005


 

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Último adiós
Ayer, a las 11 a.m., en la Iglesia Católica de Turrialba fue despedida Clemencia Calvo Calvo, quien fue asesinada anteayer, en su casa, en el barrio Torre Alba.
Rafael PACHECO/Al Día

Homicida con antecedentes penales

6 meses de prisión preventiva

Erick CARVAJAL MORA

Turrialba.- Mientras su abuela, Clemencia Calvo Calvo, de 98 años, a quien le cortó el cuello luego de agredirla, era sepultada ayer en el cementerio de Turrialba, al mediodía, su nieto, de apellido Calvo, sospechoso del crimen, le decía a un preso, en las celdas del OIJ, que estaba encarcelado por robarse un carro.

El Juzgado Penal de Turrialba le dictó a Calvo, de 31 años, seis meses de prisión preventiva, los cuales descontará en la Unidad de Admisión de Cocorí, en Cartago.

Quedarán pendientes para el proceso los estudios mentales que demuestren que el hombre tenía problemas.

Además:

  • "Érick, no lo haga"
  • Según reportes judiciales, Calvo salió en el año 2000 de La Reforma.

    En San José estuvo vinculado con algunos delitos, como robo agravado, violación de domicilio y agresiones con arma de fuego. (Ver recuadro)

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    Clemencia Calvo Calvo/Al Día

    En Turrialba no cuenta con ningún registro delictivo, según la subdelegación del OIJ.

    Balacera en el 97

    Calvo fue el protagonista de una balacera el martes 17 de junio de 1997.

    Cuando tenía 23 años, ya siendo un exmiembro de la Fuerza Pública, se apoderó de una subametralladora en la caseta del vigilancia de la casa del exministro de Relaciones Exteriores, Fernando Naranjo.

    Calvo llegó hasta la caseta, en calle Freses, inmediaciones del Indoor Club, en Curridabat.

    Calvo amenazó al vigilante de la casa de Naranjo, Gilberto Morales, con un cuchillo y de esa forma se apoderó de una subametralladora M16.

    Con el arma en su poder, se dio a la fuga. De inmediato interceptó un taxi, placas placas SJP 754, conducido en ese momento por Rodrigo Solano Madrigal.

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    Tristeza
    María Isabel Castro, vecina de Clemencia Calvo, escuchó los gritos de la anciana pidiendo ayuda ante la agresión de su nieto.
    Rafael PACHECO/Al Día

    Cuando se encontraban en las inmediaciones de lo que eran las instalaciones de la Republic Tobacco Company, en Zapote, ahora centro comercial Multiplaza del Este, el sospechoso disparó contra unos radiopatrulleros.

    Los policías respondieron a las balas de Calvo.

    Uno de los oficiales resultó herido debido a que los vidrios del parabrisas, reventado por los disparos, le cortaron la cara.

    A Calvo lo lograron capturar luego de una larga persecución.

    El hombre ingresó a la Fuerza Pública en 1997. Trabajó por espacio de tres meses y en noviembre de ese año fue sustituido por problemas disciplinarios.

    En ese momento, el OIJ inició una investigación para identificar una serie de antecedentes psiquiátricos de Calvo.

    Caminar, caminar

    Los vecinos de Calvo lo identificaron como una persona tranquila, callada.

    Calvo, vivía con su madre Fidelia Calvo y su abuela Clemencia en el barrio Torre Alba, a cinco kilómetros del parque de Turrialba.

    Antes, estuvieron en otro vecindario cercano llamado El Mora.

    Ayer, en la mañana, los vecinos estaban consternados por lo que había sucedido.

    Una vecina que no quiso identificarse comentó que Calvo solo salía a caminar.

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    Barrio silencioso
    Ayer, a las 10:40 a.m., el barrio Torre Alba, en Turrialba, todavía estaba consternado por el asesinato de Clemencia Calvo (foto inserta). Los vecinos calificaron al sospechoso como una persona tranquila.
    Rafael PACHECO/Al Día

    De vez en cuando se le observaba en la plaza del barrio, sentado, observando a los niños jugar fútbol.

    También se sentaba en las gradas de la casa.

    Muchas noches acompañaba a la gente desde la entrada del barrio hasta sus casas. No le hacía daño a nadie.

    "Era un joven de pocas palabras. Solo decía buenos días y caminaba de una acera a otra", dijo.

    A la pulpería cercana a la casa iba todos los días a comprar tortillas. Llegaba, las pedía y se iba. No hablaba nada, pagaba siempre con el dinero completo, manifestó la dependiente del lugar.

    ¿Qué pudo haber sucedido en la mente de Calvo la mañana del jueves?

    En el barrio Torre Alba se respira un aire de temor y silencio.

    Nadie se atreve a decir nada. Nadie puede explicar lo que sucedió.

    "Érick, no lo haga"

    El jueves, a las 8:30 a.m., María Isabel Castro salió de su casa rumbo a Turrialba centro.

    Detuvo su bicicleta al frente de la casa de Calvo. En el corredor, en una esquina, estaba doña Clemencia.

    La abuela, a quien le cortaron la pierna derecha a la altura de la rodilla, salía todos los días a tomar el sol. Unos minutos en la mañana y otros en la tarde.

    Castro se detuvo en ese lugar para esperar a una amiga.

    Castro sintió una mirada extraña de Calvo y le dio miedo.

    "Mi miró muy raro, entonces me devolví a la casa rápidamente", comentó.

    Al momento, visiblemente molesto, Calvo metió a su abuela a la casa y cerró violentamente la puerta.

    Luego, casi al instante, se empezaron a escuchar los gritos de la anciana pidiendo ayuda.

    Castro explicó que al principio le estaba pegando y mientras lo hacía, doña Clemencia pedía ayuda.

    "¡No Érick, no lo haga!", "¡Auxilio!", se escuchaba la voz de doña Clemencia. La súplica era desesperada.

    Luego de eso vino el silencio. Doña Clemencia no podía gritar más por la paliza que le había dado.

    La sentó de nuevo en la silla.

    Castro recordó cómo por las ventanas se observaba a Calvo cortándole el cuello a su abuela, y luego de eso siguieron siete puñaladas, también por la garganta.

    Calvo salió con el cuchillo ensangrentado en la mano. Se topó a un vecino y le dijo que se habían metido a robar y que el ladrón había asesinado a su abuela.

    Luego de eso se metió en la casa, lavó el cuchillo, lo dejó en la pila y salió a caminar.

    Castro manifestó que cuando Calvo tenía crisis, salía a caminar moviendo, rápido, las manos.

    Nunca abandonaba el barrio, siempre se mantenía por ese sector.

    El jueves su madre lo dejó con su abuela para ir a recoger la pensión.

    Aseguró que lo perdona, es su hijo.

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