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Padre de la víctima duda que se haya dormido al volante Esperanza dio fuerzas en funerales de maestra “Siento una paz que no puedo explicar”, afirmó la madre al entregar hija y nietos Hugo Solanohsolano@aldia.co.cr San José. - Una mala maniobra y en segundos, dos familias esta semana lloran la amarga pérdida de sus seres queridos, afirmó ayer Daniel Agüero, uno de los hermanos de la maestra Isabel Wintter. Este jueves, fueron los funerales de la maestra y de sus dos hijos José Pablo (6) y Luis Diego Sibaja (10), quienes perdieron la vida cuando el auto en que iban chocó de frente contra un bus en Cajón de Buenos Aires, Puntarenas.
El martes anterior fue sepultada una familia completa, Gabriel Calderón, Marisol Rodríguez y su hija María Gabriela, en Moravia, luego de que el auto en que viajaba chocó este domingo contra un Land Rover, en La Cima en San Ramón. El chofer Daniel Ulate y socio de Calderón está delicado. En ambos casos los vehículos invadieron el carril contrario. La despedida Un centenar de personas participó en los actos realizados en la Funeraria del Magisterio, y sus restos fueron llevados al cementerio de Desamparados. Daniel Agüero, hermano de Wintter, afirmó que ella quería un traslado a Pérez Zeledón el próximo año, para poder evitarse el viaje de casi una hora que hacía todos los lunes y viernes. Guillermo Sánchez Leitón, padre de la maestra, manifestó que deben averiguar bien quién cometió la impericia, porque ella “era una persona muy mesurada al conducir”. Zeneida Agüero, madre de la maestra, recordó a su hija y nietos. Aprovechó para pedir la reconciliación de las familias y solicitó que se leyeran en voz alta cada uno de los salmos impresos en las fotos que estaban sobre los ataúdes sellados. El abuelo paterno de los niños, don José Joaquín Sibaja dijo sentirse muy en paz, porque estuvo muy cerca de los fallecidos. “Di todo lo que pude por ellos y eso me da fuerza y tranquilidad para seguir adelante. Se mostró agradecido, en particular con quienes tuvieron que viajar cinco horas desde Uvita, para llegar a despedir a su nuera y sus nietos. Hacía tan solo dos días, otra familia, pero en Moravia marchaban hacia el cementerio.
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