La bicicleta del futuro con motor a hidrógeno

Montar en bicicleta sin tener que pedalear. La idea entusiasma a muchos. Pronto se podrá circular a 25 kilómetros por hora con ayuda de células recargables de hidrógeno. La idea surgió en Gelsenkirchen.

Gelsenkirchen (dpa) - A pocos cientos de metros del estadio de Gelsenkirchen, uno de los 12 escenarios del campeonato mundial de fútbol de Alemania 2006, se trabaja para la movilidad del futuro. Pequeñas células móviles de hidrógeno que se instalan en bicicletas normales o triciclos de carga son las encargadas de convertir la vieja "bici" en un medio de transporte moderno. Al menos esto es lo que tiene previsto la empresa Masterflex.

"Somos líderes mundiales en nuestro nicho", dice convencido el ejecutivo de la empresa Stefan Schulte. "Gozamos de una ventaja tecnológica de entre uno y dos años".

Desde China y varios países de Europa han llegado ya las primeras peticiones a estos emprendedores de la cuenca del Ruhr. La primera flota de bicicletas equipadas con células combustibles llegará a un taller de pruebas en una ciudad de la región en el primer trimestre del año.

Desde 2003, una célula de hidrógeno desarrollada por esta empresa de Gelsenkirchen se está probando para su posible inserción en el nuevo avión Airbus A380.

La técnica, utilizada entre otros lugares en la astronáutica y en la propulsión de submarinos, está considerada una energía de futuro respetuosa del medio ambiente. Científicos de todo el mundo intentan desarrollar en la actualidad productos para la aplicación en grandes superficies. Y los de Gelsenkirchen juegan en primera fila.

El principio elemental de la célula de combustible fue descubierto ya hace más de 160 años: hidrógeno que se convierte en corriente eléctrica y calor a través de una reacción electroquímica controlada. En el proceso no se producen sustancias nocivas.

Mientras grandes empresas llevan ya tiempo investigando por ejemplo en el empleo de células de hidrógeno en el automóvil o en centrales energéticas, las células de combustible móviles son la especialidad de la pequeña empresa Masterflex. Para la instalación de las pequeñas células, la bicicleta les pareció ideal.

En la búsqueda de una bicicleta apropiada se hizo especial hincapié en que tuviese un aspecto deportivo, cuenta el productor Schulte. Se eligió finalmente al fabricante suizo Swizzbee. "La célula de combustible será en el futuro un accesorio más de la bicicleta, como el sillín o el timbre", desea Schulte.

"En la cuenca de Ruhr no está de moda que el presidente de la junta directiva de una empresa llegue a trabajar en bicicleta. Esto tiene que cambiar", describe Schulte un posible grupo destinatario. Con un precio de varios miles de euros, la bicicleta con propulsión de células de combustible no sería de ningún modo un producto barato.

Sentarse en el sillín sin sudar, ése es el lema. Ya nadie deberá temer ir a una reunión de directorio con manchas de sudor bajo las axilas. Gracias a la nueva técnica, el alcance de una carga del acumulador da, según el modelo, para entre 120 y 250 kilómetros. Esto es mucho más que el trayecto que pueden hacer las bicicletas eléctricas tradicionales que hay actualmente.

Además de gerentes en traje oscuro, también los turistas podrán rodar con las novedosas bicicletas por la cuenca del Ruhr. Los padres pueden llevar así a sus chicos a la guardería o al colegio, servicios de reparto podrán entregar así más fácilmente los envíos a sus clientes. Masterflex tiene todas estas ideas.

Durante el Mundial de fútbol Alemania 2006 se emplearán como medio de transporte para publicidad. Equipadas por ejemplo con enormes botellas de gaseosas circularán por el centro de las ciudades en las que se disputará el Mundial y darán vueltas alrededor de los estadios.

La empresa de alta tecnología también tiene éxito en la bolsa. Las acciones de Masterflex son codiciadas sobre todo entre inversores extranjeros de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Austria y Holanda. "Aproximadamente el 60 por ciento de nuestros accionistas provienen del extranjero", dice la portavoz de la empresa, Stephanie Kniep.

Las áreas de negocio más importantes de la empresa son, además de las células de combustible, los sistemas de manguera de alta tecnología y técnica medicinal, que tienen un volumen de negocio anual de 76 millones de euros.