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 Nacionales Domingo 19 de febrero, 2006, San José, Costa Rica.
 

Puntarenas

El carnaval se armó a escondidas del Sol

El atraso convirtió la fiesta en un asunto nocturno

Isaac Lobo

Puntarenas.- El Sol había derretido el reloj y, por eso, el tiempo en Puntarenas transcurrió lento y sin control. El carnaval, previsto para las 5 p.m., se atrasó una hora y media, y las comparsas salieron cuando el astro rey decía adiós, arañando la punta.

Miles de personas tupieron las aceras del Paseo de los Turistas, que se convirtió en un enorme teatro fiestero, para ver cómo los tambores eran azotados por la música de pachanga y los cuerpos, cubiertos por plumas, globos y telas multicolores, sudaban la gota gorda.

Por dicha, el carnaval comenzó, pues la gente había apartado los campos desde muy temprano y ya estaba impaciente.

Había carnitas asadas, licoreras improvisadas, discotecas de playa y música que competía con el desfile. Los amigos se juntaron, los varones se quitaron las camisas y las muchachas se tallaban su vestidos de baño, que trataban con dificultad de ocultar su belleza y redondeces.

Las modelos de bebidas espirituosas, que provocaban pecaminosos pensamientos, y motocicletas con motores de barco fueron la punta de la avalancha: con ellas empezó todo, mientras Puntarenas se ponía en tinieblas.

La primera comparsa fue El Imperio del Sabor, que trajo a sus guerreros bailarines desde Alajuelita, vestidos con trajes verdes y plumas que competían con el arco iris.

Luego le toco el turno a Los Pachagueiros, que sacaron la casta por Punterenas. Sus colores fiesteros y sus globos los hacían flotar entre las muchedumbre. La gente se contagió con ellos de la agradable sensación porteña.

El carnaval nocturno siguió su paso hasta terminar dos horas después, pero el desfile solo fue el inicio de una noche larga, en la que los carnavaleros buscaron refugio en los megabares.

En la arena

Lo más aplaudido del desfile fue el tren infantil. A la cabeza iba la reinita, y los niños tiraban confites.

Hubo una saturación total de la red de celulares: desde el mediodía resultó imposible recibir llamadas o hacerlas.

En muchas de las casas se montó el negocio: venden comida y alquilan el baño.

Foto: 1191377
Eilen Brizuela puso color con la comparsa Imperio del Sabor, de Alajuelita.
Alexander Otárola

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